Ganglios león

León es una ciudad tranquila y apacible. Su ritmo de vida es mucho más pausado que el de las grandes ciudades, y por tanto, estamos sometidos a un menor estrés. Gusta ir a conciertos y espectáculos culturales que se viven con bastante sobriedad. Un ambiente acogedor y agradecido sí, pero no excesivamente enérgico.

Aunque… de vez en cuando, León se topa con algún grupo capaz de activar sus instintos más primarios. Y en estas ocasiones, los leoneses sudan como nadie. Ya de por sí es difícil generar pogos, brincos y demás excesos, pero una vez se consigue no hay vuelta atrás. Sucedió el año pasado en Belako, un concierto noise post punk a la vieja usanza. Y ayer volvió a suceder con Los Ganglios.

Escuchando sus discos, se vislumbra un ambiente más sosegado, de corte divertido. Pero en sus directos apuestan más por un corte punk en el que la guitarra tiene mucho que decir.

León y Los Ganglios se empezaron a conocer tímidamente, poco a poco sin prisas. El punto de inflexión llegó en «La Cumbia de Felix y Jacques» con un estribillo muy coreado. A partir de ahí hubo pogos, saltos… y hasta varios intentos de crowdsurfing.

Los extremeños estuvieron acompañados en todo momento de un proyector en el que aparecían vídeos explicados entre canción y canción por la banda. Hubo tiempo para explicar orígenes y hasta para bromear con costumbres típicas de ciertos lugares. «Al Final» y «LOL» se presentaron en torno a la mitad de un concierto que rozó la hora y cuarto de duración. Quedó demostrado que los extremeños saben montar una buena fiesta allá donde van. León espera su vuelta.

Crónica By: Daniel Santamaría

Fotos By: Jon Rodríguez