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Y finalmente llegó, el último festival del verano. Y aunque quedan días de vacaciones yo lo doy por terminado, porque de otra forma sería estropearlo.

Calor y ambiente en Granada. Todo empezó en viernes en la fiesta de presentación. Cenar de tapas por el centro era inevitable, así que llegamos con las cañas (y las ganas) puestas al recinto. Y fue una noche un tanto surrealista. Llegar tarde y entrar con N=1 no podía ser casualidad “es lo que nos va a pasar”. Miss Caffeina tenía fuerza y no defraudó. Los odiados y amados a partes iguales Indiescabreados (aún con problemas de sonido) pusieron las canciones que queríamos escuchar, de antes y de ahora. Les faltó el “You never can tell”, pero se lo perdono. Sólo por esta vez. El resto de la noche – pecamos de novatos – nos hizo acabar en un garito con gente que miraba por encima del hombro. Pero ¿qué vas a pedir a un señor que se ofreció a llevarnos al centro?.

Desayunamos cerveza al día siguiente y pasamos la mañana en “Los poetas andaluces”. Sitio recomendable donde los haya para comer bien y beber mejor. Se nos volvió a hacer tarde y no se lo perdonaré a mis compañeros de festival. Me perdí Sexy Zebras y Napoleón Solo. Lo admito. Error. Vale ya de torturarme a mí misma. Por Jero Romero ya no pasaba. Concierto emotivo y con buen rollo. Como suponía, todos gritamos el “He sido tanto tiempo cabeza de león, y no te diste cuenta, no te diste cuenta y es mejor”. Y es que sus letras son tan nuestras que a ver quien le saca alguna pega, no hay valientes.

León Benavente explosionó el escenario inside, todo hay que decirlo. Tremendo directo. Nos dejó con ganas de más. Pero eso es bueno, siempre hay que dejar algo pendiente. De ahí volvimos para ver a IZAL. Izal. El punto de inflexión del festival. Egocentrismo concentrado en “la mujer de verde”, tirando de confeti en “qué bien” y abriendo paso a cosas nuevas en “agujeros de gusano”. En serio, ¿qué mas quieres?

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Vetusta Morla sacó el lado sentimental. El ñoño. Pero nos gusta Vetusta. Y a veces necesitamos un poco de eso. De lo que no estoy segura es si la hora era la adecuada. Elegí primeras filas en Lori Meyers, y mereció la pena. Desde el principio hasta el final. Aunque todo tiene un pero: Basta ya de Anni B Sweet. De verdad. Que entiendo que sea tu novia, Noni. Pero la puedes dejar en el backstage. No le va a pasar nada.

Y a partir de ahí ya no me queda muy claro nada. Creo que fueron Elyella Djs los que pusieron el broche final. Pasamos por Polaroid, eso sí. Y queda estipulado como tugurio al que asistir al menos una vez por visita a Granada que se haga.

Y como Paris, Granada no se acaba nunca. Y volveremos.

Crónica by María Calleja. Fotos by Alhambra Sound