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El viernes pasado, Madrid estaba lleno de propuestas musicales, y entre ellas, el concierto de la girl band de Atlanta The Coathangers. Aunque lleven en esto más de un lustro, lo están petando recientemente gracias a la buena acogida de su último disco Suck My Shirt.

Además, teníamos la suerte raramente concedida, teniendo en cuenta la apretada orgánica de estas giras, de poder estar de charleta con ellas antes de verlas atacar sus temas sobre el escenario. Todo ello por obra y gracia de Holy Cuervo, importante decirlo

Minnie, Crook Kid y Rusty Coathanger (sus nombres de batalla) estuvieron encantadoras, y dado el espíritu distendido de la conversación y el cacareo poco formal en el que nos embarcamos, se mantendrán de ahora en adelante como The Coathangers, TC, independientemente de las intervenciones, salvo alguna distinción en momentos necesarios para facilitar la trama. Tampoco veréis ningún inciso del tipo (risas) o se ríe. Me parece que está al mismo nivel que las carcajadas enlatadas de sitcom familiar el contaros cuando os tenéis que imaginar que nos reímos.

Habéis estado por Barcelona primero, luego Oviedo, ahora Madrid. Esta bastante bien, ¿cómo os está yendo, qué os parece España?

The Coathangers: Genial, nos encanta España, y no es que lo digamos en todas partes…

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Felicidades por vuestro último álbum, está muy bien en distintos sentidos. Parece que en este habéis abandonado un poco ese trasfondo de humor irreverente…

TC: Si, es una cuestión de tiempo, maduras. Aún así creo que mantenemos ese espíritu de forma distinta y también es una forma de decirle a algunos, “hacemos bromas, pero no somos ninguna broma”.

Otra cosa que ha evolucionado bastante es como os desenvolvéis como músicas, ahora desplegáis más recursos, canciones como «Zombie» lo demuestran. ¿Os sentís más seguras a la hora de abordar una composición?

TC: Es cierto que «Zombie» es un tema complejo, con subidas y bajadas de intensidad, pero no tiene nada que ver con la seguridad. Siempre nos hemos sentido seguras a la hora de hacer lo que nos apetecía en el momento.

¿Como funcionáis en el estudio a la hora de grabar para que surjan temas tan variados, desde canciones de sonido punk a otras bastante distantes, como “I Wait”?

TC: El punto está en que no lo pensamos demasiado ni hay una aproximación. Algunas canciones lleva más tiempo componerlas que otras pero siempre es una forma muy espontánea e inmediata. Lo hacemos y ya está.

En su origen la banda era solo un medio para divertirse, no hicisteis planes de futuro. Lo cierto es que ya lleváis en esto bastante más que otros que se lo tomaron mas “en serio” ¿Cuál creéis que es la clave de este éxito?

TC: Precisamente eso, no darle demasiadas vueltas y hacerlo. Empezamos a tocar y tiempo después llegó nuestro primer disco, luego todo ha ido surgiendo poco a poco. Para nosotras es una necesidad, y así vas cumpliendo día a día, y paso a paso sin pensarlo acabas aquí sin darte cuenta.

Habladme de la atmósfera de Atlanta. Es curioso que en vuestra música y en la de otros que comparten vuestro origen haya reminiscencias que encajan más con el sonido propio de la costa noroeste de Estados Unidos.

TC: Bueno, Atlanta es una ciudad complicada en la que vivir, creo que de ahí viene toda la rabia en la música, de situaciones como, “No tengo trabajo, no encuentro uno, mi vida es una miseria”. Por eso es una escena tan cabreada. También es algo oscura como Seattle, pero no tenemos ningún lugar como vía de escape, no tienes una playa, o un parque. Solo tienes lo que tú creas, y si haces música eso es lo único que tienes.

Ahora un cuestionario rápido sobre la historia detrás de algunos de nuestros temas favoritos:

«Don’t Touch My Shit».

TC: Es una de las primeras canciones que hicimos y ese es el significado.

Así de simple.

TC: Así de simple. Era sobre el compañero de piso de un colega, que le tocaba sus cosas y era como “¡Ya te he dicho que no toques mis papeles!, fuck you dont touch my shit. Literal.

Bueno no sé si sabéis que los españoles tenemos un poco de mala fama cuando estudiamos fuera, entre otras cosas porque se dice que utilizamos el champú y el jabón de todos los compañeros de piso.

¡Sí! Nos han dicho cosas parecidas por ahí. Ves, es un concepto muy universal.

«Well Alright».

TC: Bueno, well aaalright!! Cada una de nosotras escribió distintos versos individualmente sobre aquellas realidades que apestan. Es como decir: mira esto es lo que hay, lo que tenemos, no es que me este quejando…

Un tema resignado, ¿no?

TC: Sí, eso. Aaalright, ook.

Y ahora la estrella, «Nestle In My Boobies», no entendemos muy bien este tema.

TC: Es lo mismo, mira (Minnie y Crook Kid se levantan para hacernos una amable demostración)

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Crook Kid: Ya ves la diferencia de altura. Pues un día ella estaba cabreada y le dije “¿Por qué estás enfadada? Venga, ven aquí, acurrúcate en mis tetas” y soltó…

Minnie: Oooh es taaan comodo.

CK: Y así es como surgió exactamente.

M: Nestle in my boobies, its so confortable!

¡Ooh Ahora lo entiendo!

CK: Luego ya escribimos el resto de la letra.

Rusty: ¿Por qué a la gente le gusta tanto? ¡Es la canción más estúpida y simple!! A la gente le encantan las tetas!

Quizás es ese sentimiento infantil de aaah, ¡ha dicho tetas!

M: Es cierto, ¡es la cosa más estúpida del mundo!

R: Bueno, pero esta genial, no pasa nada.

A estas alturas ya íbamos ajustados de tiempo. Pussywillow, Arthrithis Sucks, Chiken: 30 y otras excéntricas genialidades tendrán que esperar a la próxima visita.

¿Os gusta la música española? Conocéis algo, alguna banda….

C: No. ¿Tienes alguna para recomendarnos?

Tour Manager: ¡Julio Iglesias!

R: Gypsy Kings

Son franceses.

R: Los vi en directo y fue increíble.

Bueno, os voy a recomendar una que también toca hoy. Se llaman Perro, perro is dog in spanish. Se parecen a vosotras porque comparten ese espíritu de pasarlo bien sobre el escenario, y las letras ocurrentes.

TC: ¿Perro? ¡Perro!

Ahora recomendarnos vosotras algo.

TC: Mmmm… The Growlers.

Llevamos un rato y no queda demasiado para que tengan que subirse a las tablas de la Wulrizter Ballroom, así que las dejo irse a cenar y me despido dando las gracias como bien me enseño mi madre.

Ya con andares torcidos volví tras cuarenta minutos a la sala para encontrarme con Las Infantas repartiendo estopa. Para quien no les conozca (es de esas búsquedas jodidas en Google), seguramente habrá quien imagine una girl band, pero tías ninguna. Lo que si tienen son ritmos acelerados y el tipo de letras gamberras que uno puede imaginar bajo un nombre así. Un paquete muy en sintonía con la filosofía de la noche.

Tras el calentamiento y un pequeño break, nuestras invitadas de Atlanta tomaron la escena. No recuerdo bien si fue con «Johnny«, «Hurricane» o la celebrada «Smother» de su último disco, pero el orden de los factores no altera el producto en lo que fue un comienzo a las bravas y sin mucho preliminar.

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Y mientras se sucedían los temas, llegaban el tipo de impresiones que da gusto comprobar en directo. La primera, que si un grupo tiene que ganar en sus conciertos, Coathangers cumplían con un salseo que no veíamos en ese escenario desde Destruction Unit, pero a su modo.

Mucho cachondeo, voces entrecortadas e infantiles saltando sobre ritmos serpenteantes con el alma jocosa de los B-52´s, pero bajo un filtro bastante más asalvajado, y embates punkies marcados por la voz lacerada de Rusty Coathanger espoleando al público, tanto entre aporreos de batería, como de frontman.

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Y es que esa es la segunda faceta que uno no puede imaginar con los discos, cómo el trío de perchas se cambiaban de un instrumento a otro y se repartían el protagonismo en una explosión dinámica que capeaban perfectamente. Un detalle que da una sensación mucho más verbenera al directo, y rompe cualquier feeling de estancamiento a la vez que no deja escaparse a la atención.

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Llego “Nestle In My Boobies” y “Dont Touch My Shit”, que serán sencillas pero pegaron fuerte entre el público, como aquella risa tonta que tiende a contagiarse, y tras unos chupitazos y el breve descanso de marras, volvieron al escenario para un bis que dada la inercia que llevaba en el cuerpo, y que más de uno compartiría, se me hizo muy corto.

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Pero sin rencores. Con un concierto de esos que cumplen tanto con el espectador melómano como con el jaranero, os puedo decir desde la tranquilidad de mi silla, con los bríos calmados, que ya pensamos en vuestro regreso, queridas Coathangers. Lo confirmo mientras escribo estas últimas líneas, y suenan de fondo los Gipsy Kings, wercome tosi hotel california

Entrevista, crónica y fotos by deTorresValentí.

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