Por Dimas P.L. Foto extraída de Infobae

Estoy seguro que existía una intuición en ti. Algo que te escamaba y te ponía la mosca detrás de la oreja: “¿Por qué coño esa gente sonríe tanto mientras hace su coreografía de forma tan inmaculada? ¿Son verdaderamente felices en su alineación adolescente y sincrónica de K-Pop? ¿Quién coordina realmente su vida y sus peinados?”. 

Bien, pues hoy, en Wake And Listen, intentaremos responder a tus dudas. Porque… ¿qué hay verdaderamente detrás de la industria de la música K-Pop?

 

Firma aquí como: Esclavo.

 Puedes firmar perfectamente un contrato que afirme que durante los próximos siete a quince años tienes que quedarte con el grupo y hacer exactamente lo que te digan”. Esto lo ha dicho el archiconocido Prince Mak, estrella de K-Pop que formaba parte del grupo Jackie Chan Joint Culture.

Y si lo dice él va a misa animista y vuelve.

“Bueno, no está taaaan mal, Prince Mak. Peor es robar naranjas para sobrevivir. Además está lo de la fama”, pensarás.

Pero es que lo que no sabes es que los años de contrato sólo empiezan a «contar» una vez que te «estrenas» como estrella. Y eso, claro, puede llevar un tiempo.

A muchos de estos pobres prototipos del pop los están entrenando, sin ver un duro, hasta diez años antes de que pongan uno de sus delicados pies sobre un escenario o un estudio de grabación.

Incluso, a veces, aunque te conviertas en un artista de renombre, las cosas pueden no llegar a mejorar porque ese “contrato” a largo plazo, que firmaste, no te dejó margen para ganar dinero.

No importa lo famoso que seas, la esclavitud está mal pagada.

Las chicas de Stellar llegaron a contar que, pese a su ascenso meteórico a la fama, solían compartir entre ellas sobras de comida porque en realidad, entre toda, no tenían ni para un bol bibimbap*.

*No me he atragantado, es un plato coreano.

 

¿Te has planteado la prostitución?

Sí, en el K-Pop, el límite moral es tan efímero y las posibilidades de éxito tan excasas que puedes encontrarte en cualquier momento trocando sexo por fama.

Incluso, según la plataforma SeoulBeats, ha habido casos de artistas a las que pidieron que se casaran con tipos poderosos que, evidentemente, no les interesaban. 

Y es que hay que tener en cuenta que en Corea del sur*, en 2010, se informó de que se esperaba que el 60% de las actrices pagaran sexualmente por sus papeles de alguna manera. Un dato que revelaba el periódico Korea Joongang Daily. Imagínate en el sector emergente del K-Pop.

*La mejor Corea. Afirma la sección anticomunistas de Wake And Listen.

 

No nos gusta tu cara. Te ponemos otra.

Sí, las estrellas se hacen cirugía plástica, pero es que en el K-Pop se lleva a otro nivel.

Volvemos a hablar de un país en el que una de cada cinco coreanas se ha sometido a cirugía plástica, según The Atlantic. Por supuesto, si se trata de artistas pop, el porcentaje aumenta.

Pongamos que Seo Jin-Soo quiere triunfar en el pop de su país. Bien, pues si sus marchantes/proxenetas creen que su cara es demasiado redonda, por ejemplo, pueden arreglársela. Lo único que hace falta es un procedimiento increíblemente doloroso en el que se rompe la mandíbula de Seo Jin-Soo y se le da forma de V. El objetivo es parecerse más a un personaje anime.

No es coña. Se hace. ¿O no te has dado cuenta de que casualmente todas las estrellas femeninas del K-Pop tienden a parecerse?

Alteran sus rasgos, lo justo, para parecer caucásicas sin dejar de ser asiáticas.

Las testan y manufacturan para tener caras pequeñas. Ojos grandes. Narices respingonas. Barbillas puntiagudas y mejillas anchas.

De hecho, estos cambios son tan poco sutiles que algunas celebridades anuncian cirujanos plásticos.

 

Guárdate de los “antifans”

Con sus melodías pegadizas y sus movimientos de baile coreosincronizados*, las estrellas del K-Pop han acumulado un enorme número de seguidores en todo el mundo.

Sin embargo, la fama conlleva un terrible lado oscuro del que no se suele hablar: los antifans.

Los antifans son esos agradables sujetos a los que no sólo no les gusta un determinado grupo o artista, sino que los odian y quieren matarlos.

Estos ataques pueden ir desde actos aparentemente inofensivos, como reventar el cuadro de luces y dejarte sin la luz durante un concierto, hasta incidentes mucho más graves, como enviar amenazas de muerte con letras recortadas o envenenar cubatas.

En un caso reciente un solista recibió una amable petición con 3.000 firmas pidiendo que se suicidara tras abandonar su antiguo grupo. En otro caso, una integrante de un grupo de chicas recibió una amenaza de muerte y un puñado gordo de cuchillas de afeitar en una carta después de empezar a salir con otro famoso.

Por supuesto, aún más alarmantes son los casos en los que los antifans han conseguido dañar físicamente a las estrellas.

Sabemos de un caso en el que la madre de un miembro de una boyband fue hospitalizada tras beber una bebida envenenada dirigida a su hijo. O aquella dulce vez en la que a otra estrella le dieron una bebida con pegamento y esta empezó a vomitar sangre.

 

Guárdate de los “fans”

¿Conoces esa frase hecha que dice “si estos son tus amigos no me gustaría conocer a tus enemigos”?

Pues eso. 

El grupo TVXQ tenía “fans” que pinchaban sus líneas telefónicas para poder oír las llamadas de sus ídolos, e incluso llegaron a irrumpir en sus apartamentos con la excusa de darles un dulce beso mientras dormían. 

Luego están los «Sasaeng«, los fans más extremos y obsesivos de la industria del K-Pop, que llegan a instalar cámaras en las casas de sus crush y les envían cartas de amor, nada invasivas, escritas con sangre menstrual.

Orina y heces como obsequio personal o algún cabezazo en la nariz, porque no te creas que los Sasaeng tienen miedo a la violencia. Suelen atacar, sin miramientos, a esas estrellas egocéntricas y presuntuosas que no les prestan la suficiente atención

Aunque no todo el mundo piensa que los Sasaeng están locos, dicen que en Corea del Sur existe un servicio de taxi que persigue a tu estrella favorita, poniendo en peligro a todos los implicados si hace falta, por un módico precio.

 

Tampoco necesitas eso de comer

El juego se llama “Dieta Extrema” y considera que perder un par de kilos en cuestión de días es inadmisible. Hay que hacerlo en horas.

Según Hello K-Pop, muchas estrellas han admitido hacer locuras para perder peso, como comer sólo un tipo de alimento durante semanas. Está la Dieta de la sandía, la de la lechuga, la del pepino*…

*No incluye sexo. Lo he investigado.

Y luego está la Dieta del vaso de papel, popularizado por un grupo de chicas, Nine Muses. Apunta para tu próxima anemia: Coges un vasito de papel y lo llenas con lo que quieras, siempre que sea sano.

¿Cómo es posible que, después de desfallecer por comer verde en raciones minúsculas, la gente se resista a entrar armada en un supermercado en busca del último pedido de fuets coreanos? No lo sé.

La delgadez es tan estúpidamente importante en el K-Pop que los directores ejecutivos de las discográficas supervisan los pesajes. Y si la cifra es demasiado alta, si la cabeza de ganado pesa demasiado, tiene que adelgazar inmediatamente. ¿Te imaginas que tu jefe llegue una buena mañana a la oficina y te exija que a partir de ahora te pongas a dieta? Es la forma definitiva de acoso laboral. Muy rico debe estar el zumo de pepino* que te recomiende para que vivas a base de eso las próximas semanas.

* 😉

 

¿Por qué tener un horario limitado si puedes usar las 24 horas del día para ser un siervo?

Olvídate de los coches de lujo y las grandes casas, porque dormir es el mayor lujo de una estrella del K-Pop. Es decir, ¿quién necesita un Ferrari 250 GTO del 62 cuando uno puede tener una cita con su almohada?

SBS Pop Asia informa de que la jornada laboral media de una estrella del K-Pop puede ser de hasta 20 horas, lo que les deja sólo unas pocas horas para la siesta. Y, por si fuera poco, tienen que estar constantemente delante de una cámara, así que más les vale estar “animado” y guapísimo pese a estar extenuado.

No es de extrañar que, a menudo, estas estrellas tengan que ser hospitalizada por agotamiento. De hecho, Krystal de f(x) se ha desmayado tantas veces en directo que casi se ha convertido en su marca registrada.

Desmayarse con el micrófono en la mano. Eso es a lo que yo llamo integridad profesional.

Bueno, al menos, si tienes la suerte de conseguir  algo de tiempo libre, puedes acabar como Minho, de SHINee, que al parecer se quedó dormido en casa de un amigo durante 48 horas seguidas. Sí, has oído bien: 48 horas. Se fue a echar una cabezadita y sin querer pilló las vacaciones.

Así que, si estás pensando en convertirte en una K-Pop star, recuerda: la fama puede ser efímera, pero el agotamiento físico y existencial es para siempre.