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Han pasado unos meses desde que compartimos con vosotros la primera parte de «Los plagios más descarados«. Ya apetecía hablar de otro tema, y el que os presentamos es uno de los más flagrantes que se pueden escuchar. Allá vamos.

Porque si hablamos de plagios descarados, «Bitter Sweet Symphony» de The Verve se lleva la palma. La canción, convertida en un himno conocido y adorado en todo el mundo, es ni más ni menos que una copia de «The Last Time«, tema original de Andrew Oldham Orchestra. El plagio es tan descarado que hasta el propio Richard Ashcroft, líder de la banda británica, aceptó cederle el 100% de los derechos del tema a su autor original, que también poseía los derechos de las canciones de The Rolling Stones anteriores a 1960, al mismo tiempo de su estreno. De esta manera se ahorró un juicio que habría perdido inevitablemente.

La idea inicial de Ashcroft era utilizar «The Last Time» como sample pero el resultado final deja bien claro que lo que iba a ser una simple base se convirtió en el cuerpo de la canción de principio a fin, originando uno de los plagios más escandalosos de la historia.

La canción fue nominada a los Grammy del año 1999 y (aquí viene la parte surrealista) la nominación recayó en Mick Jagger y Keith Richards y no en Ashcroft, ya que este último se vio obligado a reconocerles como autores únicos del tema para evitarse más problemas.

Conclusión. ¿Qué ganaron The Verve con «Bitter Sweet Symphony«? Reconocimiento mundial y muchos conciertos cuyos beneficios les darían para vivir tres vidas. ¿Qué perdieron? Millones de dólares en derechos y la vergüenza de dar la cara ante cualquier persona que conozca esta historia.

Aquí abajo podéis escuchar las dos canciones. Sí, asombraos.

By @RayVegas