Por Isabel Turel
La Trama Fenicia es la historia de una familia y un negocio familiar. Es una comedia de locas aventuras sobre un padre ausente en busca de redención.
Ambientada en los años 50 del siglo XX, el protagonista es Zsa Zsa Korda, un hombre de negocios de la industria del armamento y la aviación que sueña con construir un faraónico proyecto de ingeniería industrial a lo largo de la Gran Fenicia independiente moderna, en un país ficticio situado en la península arábica.
Los recelos que provocan los delirios de grandeza del empresario con las altas esferas de poder mundial hacen que estas organicen un complot para acabar con sus ambiciones. Después de sobrevivir a varios intentos de asesinato, decide retomar su relación con su hija Liesl, para convertirla en su única heredera y que le reemplace al frente de sus negocios. El objetivo es proteger su legado para que no muera con él. El tema es complicado porque su hija tiene la intención de convertirse en monja…
La película se centra en los atractivos y peligros que conllevan la riqueza y la importancia de la familia por encima del negocio.
Wes Anderson (Gran Hotel Budapest, Asteroid City…) es el director y guionista de este film, mezcla de comedia y drama que tiene la misma línea que el resto de sus películas. Se presentó en el Festival de Cannes de este mes de mayo.
Lo protagonizan Benicio del Toro y Mía Threapleton, acompañados de un plantel de magníficos actores como Tom Hanks, Michael Cera, Willem Dafoe, Scarlett Johansson, Riz Ahmed, Mathieu Amalric, Benedict Cumberbatch y Bill Murray, entre otros.
Muchos personajes típicos del universo de Anderson: excéntricos, sofisticados y raritos… todos hablando con un ritmo vertiginoso y mucho, y todos igual.
El argumento es bastante caótico y no tiene desarrollo de los personajes, pero se compensa con la maravillosa fotografía, escenarios oníricos (sello de Anderson), un magnífico reparto multi-estelar y una estupenda actuación del actor protagonista de principio a fin.
No es una magnífica película, pero entretiene. A pesar de todo, el film es uno de los más cálidos y accesibles de Anderson.







