Cuando alguien pronuncia el término «acústico» es inevitable que aparezcan varias reminiscencias en la mente: Guitarras folkies, cervecita en mano, ambiente íntimo… La Sala Gran Café se preparaba colocando sillas entre las primeras filas, y oscureciendo bastante el tipo de iluminación.
Kuve en esta ocasión se encontraba conformado por dos músicos sobre el escenario: Maryan Frutos y Carlos Otero. Solo hicieron falta unos pocos compases para que se notase la cálida y potente voz de la primera, y la presencia instrumental del segundo. «El Pacto» sonó en primer lugar mientras la mayoría del público disfrutaba sentado en compañía de un botellín de cerveza. A menudo que el recital avanzaba la conexión grupo – público se iba volviendo un poquito más fuerte. De esta confianza arrancaron las primeras palmas y coros, lo que ayudó a que el concierto adquiriese otros matices, un acústico de lo más animado.
«Cometas» y «El Choque» sonaron como despedida en último lugar, ya con un público de pies y con algunos tímidos saltos. El BIS de «3.0.» confirmó que el concierto de Kuve fue una experiencia íntima pero muy divertida a la vez.
