Glen Hansard volvió a encontrarse con la ciudad de Valencia subido a un escenario en compañía de su banda. El irlandés anunció unos pocos meses atrás un concierto que tendría lugar en el auditorio de Burjassot, el cual parece que ha vuelto a retomar su programación musical de hace algunos años. Para esta ocasión, los organizadores del evento colocaron sillas de plástico para poder disfrutar del concierto sentado. Es cierto que los primeros trabajos de Glen, con una marcada orientación folk, invitan a ser disfrutados cómodamente sentado, pero también es cierto que su último LP «All that was East is West of Me now» contiene algunos de los momentos más rockeros de toda su carrera.
El show dio comienzo pasadas las 20:45 de la tarde, y Glen apareció escoltado por una formación de lujo compuesta por Guitarrista, bajista, violinista y pianista. Mención especial para estos dos últimos componentes: Por un lado el virtuosismo de su violinista, que hizo crecer en directo muchos temas, y por otra parte su pianista, que se estrenaba en directo en la gira.
De la vibrante Down On Our Knees al estilo country de There’s No Mountain, sus últimas canciones suenan aún más expansivas en vivo, y es que Glen Hansard destaca por entregar uno de los mejores directos de entre sus contemporáneos musicales, ya sea por su desgarradora y elegante voz, la calidad de su banda o su carismática presencia, que consigue hasta minimizar los posibles contratiempos iniciales en el sonido. Sea como fuere, parece que el irlandés es capaz de darle una vuelta a sus temas de estudio, y conseguir siempre una mejor versión sobre el escenario.
En las actuaciones del irlandés todo está calculado al detalle, y buena prueba de ello es la cantidad de guitarras que lleva a acumular en el escenario (contamos hasta 15) una para cada ocasión. Entre canción y canción el bueno de Glen saca tiempo para contarnos anécdotas de su cena del día anterior acompañado de otros irlandeses o de dedicar un tema a un buen amigo.
La luna aparece y llega el turno de los sonidos folkies, aquellos que le sirvieron para ganar el Oscar a la mejor canción original por Falling Slowly, de la banda sonora original de Once, grabada junto a Markéta Irglová. Precisamente en este segmento es en donde el público parece animarse más a realizar los coros para el irlandés, que siempre coge cualquier oportunidad para acabar dándose un buen baño de masas. El segmento final viene marcado por Her Mercy, una épica balada que cierra hasta con 3 outros diferenciados en los que Glen acaba bautizándose con una Estrella Galicia y bailando sobre las tablas como buen irlandés. Tras esto, solo queda un muy aclamado BIS, con gran parte del público de pies y agrupándose cerca del escenario mientras Glen va saludando uno a uno con un apretón de manos. No hay duda de que el cantautor ha vuelto a ganarse el corazón de los valencianos una vez más.
El concierto estuvo gestionado por Tranquilo Música, que en los próximos días también prepara una cita muy especial con The Divine Comedy en La Rambleta.
Crónica By Daniel Santamaría
Fotos By Jonathan Calderón