Por May Fraser
El cantautor británico Declan McKenna acaba de publicar su tercer álbum, What Happened To The Beach?, un disco con el que rompe con su estilo clásico y ofrece un sonido completamente radical, experimental y maduro.
Este disco ha sido producido por Gianluca Buccellati, que ha trabajado con otros artistas como Paris Texas, Lana del Rey o Arlo Parks en su álbum debut Collapsed in Sunbeams, con el que consiguió un Mercury Prize en 2021 y una nominación a los Premios Grammy en 2022 en la categoría de Mejor Álbum de Música Alternativa.
Para producirlo, Declan se ha trasladado a Los Ángeles, cuyo clima y ambiente ha sido gran inspiración para el disco. A lo largo de la segunda mitad de 2023 fue publicando adelantos de este disco, empezando por Sympathy en julio, Nothing Works en septiembre, Elevator Hum en diciembre y, a principios de este año, Mulholland’s Dinner and Wine. Con ese primer single ya anticipaba el cambio de rumbo en cuanto a estilo que iba a suponer este tercer disco.
Además de un estilo completamente distinto, también ha incluido instrumentos no usados previamente, como el mellotrón, la trompeta, la autoarpa, el saxofón, la flauta o el violoncello. Recientemente, en una entrevista con el podcast de producción musical Tape Notes, ha confirmado que todos estos instrumentos más únicos los ha interpretado mediante un pedal de guitarra, concretamente el Electro Harmonix MEL9, que es capaz de reproducir estos tipos de sonidos a través de la guitarra.
Según palabra de McKenna, el disco está muy influenciado por los sonidos y trabajos de St. Vincet y Unknown Mortal Orchestra, pero también se escuchan melodías y ecos de MGMT, Temples, los últimos Arctic Monkeys o Tame Impala, junto con trabajos más psicodélicos.
Como curiosidad, sólo la versión en físico del disco incluye los temas Mystery Planet, que se dividen en 3 partes, y It Takes 4 como inicio, final y corte medio del álbum. Para los que disfrutan de What Happened To The Beach? en versión streaming, se pierden estos ejemplos de improvisación y experimentación de contenido añadido.
Este álbum da comienzo con WOBBLE, con una intro en la que se incluye solamente unos acordes de guitarra acústica que acompañan a la voz ecualizada de McKenna con un toque de falsete. A esta guitarra se le van añadiendo diversos instrumentos para acompañarla, como varios sintetizadores y, para finalizar la canción, suenan unos acordes de guitarra eléctrica muy graves, que dan la sensación de que es un bajo el que los está interpretando.
Le sigue Elevator Hum, cuya introducción mediante melodías de sintetizador dan una sensación de espacialidad, y va pasando paulatinamente a un sonido lo-fi característico de los 2010. La batería electrónica tiene un ritmo constante y que no varía a lo largo de la canción, y se escucha un mellotrón tocado por el propio McKenna mediante ese pedal Electro Harmonix MEL9. La guitarra eléctrica suena constante durante el estribillo, al que se le añaden unos coros y voces adicionales a las de McKenna. Casi llegando al final, suenan una sección pequeña de vientos que dan más originalidad al tema, y ya en ese final, usa recursos musicales que recuerdan mucho a los experimentos de discos psicodélicos, por ejemplo, el Sgt Peppers.
La sencilla I Write The News empieza a sonar con unos acordes de guitarra acústica con voz de McKenna entonando líneas con temas políticos de forma irónica. Después de la primera estrofa, su voz cambia de tono y se vuelve más grave, más madura, a la que acompaña un ritmo más marcado y determinante, seguida de la guitarra eléctrica con un pedal determinante, voz metálica y un estilo más de calle.
Aunque se crea que, de repente, han empezado a sonar The Lemon Twigs en Sympathy, sigue siendo Declan McKenna. Una melodía interpretada con mellotron y un ambiente festivo, incluso circense, protagonizan esta canción. Además, incluyen también una autoarpa, probablemente interpretada con ese pedal mencionado anteriormente, y finaliza con una repetición de las letras de la canción utilizando la reverb de las voces, dando una sensación de espacialidad a la que acompaña muy bien los acordes de guitarra eléctrica. Incluyen también un saxofón barítono, una flauta, una trompeta y un chello que, de nuevo, están interpretados con el pedal de guitarra.
Ese ambiente animado y circense cambia radicalmente al escuchar Mulholland’s Dinner and Wine. Si en el tema anterior sonaban The Lemon Twigs, en esta canción suenan MGMT, Tame Impala, o Unknown Mortal Orchestra. El ambiente psicodélico que se escucha en toda la canción se debe al lap steel, el sintetizador y las voces, a las que se incluyen una guitarra hawaiana, un autoarpa y una guitarra eléctrica.
Siguiendo con el ambiente psicodélico y experimental, suena a continuación Breath of Light, que comienza con sonidos únicos e improvisados, muy a lo Yoko Ono, pero mucho menos exagerado, que parecen más una prueba que melodías concretas y estudiadas. Para este tema tan expresivo y único utiliza un sintetizador, un balafón y un cajón. Para el puente vuelve a utilizar una reverb como voz principal a la que, junto con el resto de los instrumentos, da la sensación de ser un experimento musical influenciado por trabajos de rock progresivo, pero sin ese punto característico.
De un sonido experimental volvemos a uno más indie, viajando sonoramente a los 2010 de The Kooks o MGMT con Nothing Works. El sintetizador vuelve a ser protagonista, con la guitarra eléctrica tocando acordes que lo acompañan a la perfección, pero de forma muy simple. Para el solo de guitarra, utiliza un pedal concreto que va muy bien con el ambiente general de la canción, muy animada y sin artificios. La letra habla de cómo, haga lo que haga, nunca será suficiente o nunca terminará agradando. Termina el tema con el estribillo principal volviendo a sonar, pero con un efecto de radio, concluyendo con un fade out.
En The Phantom Buzz (Kick In) retoma su sonido característico de su disco anterior con esa guitarra eléctrica potente y muy marcada, con el sonido pedalero. La acompaña el sintetizador con acordes largos en el pre-estribillo y el mellotron que, junto con el resto de instrumentos, dan una sensación que recuerda a sonidos de The Clash.
Rebajando la intensidad del tema anterior, suena Honest Test. De nuevo, aumenta la gama de instrumentos utilizada, incluyendo batería programada en vez de acústica, órgano electrónico Farfisa y un xilófono. La melodía principal la marca la guitarra acústica, instrumento base de la canción. Honest Test suena a los últimos Arctic Monkeys de The Car y de Tranquility Base Hotel and Casino con ese estribillo ensoñador, con el mellotron presente y la reverb marcada, dando espacialidad a la canción. Sube el tono de su voz durante el estribillo, para volver a su voz normal durante el resto de la canción. Finaliza con un pequeño solo de guitarra muy de estilo George Harrison, más en solitario que en los Beatles.
Los 2010 vuelven a sonar, aunque en un tono más relajado, en Mezzanine gracias al uso de sintetizador y mellotron en la melodía principal. Tiene también un tono seductor a través de la letra, que cambia a partir del pre-estribillo. Juega con los ajustes del sintetizador en algunos momentos para bajar o subir ciertos tonos, e incluye el sonido de una trompeta y un órgano en la instrumental de la canción, usando, de nuevo, ese pedal protagonista de todo el disco. Trastea también con el ambiente y los ánimos de la canción, dando pasajes más oscuros y otros más alegres con su voz, y finaliza con acordes improvisados de la trompeta y del sintetizador.
It’s an Act comienza con una melodía orquestal muy característica de los años 40, en la que vuelve a utilizar el mellotron. La guitarra eléctrica con tonos graves acompaña a una voz también grave, desmotivada, con un ambiente general bastante decaído y desanimado. Suena una trompeta con un estilo bluesero, el mismo estilo que toca la batería, y los ad libs que se escuchan a lo largo de la canción acompañan muy bien a ese ambiente decaído. El sintetizador a mitad de la canción da un ambiente ensoñador que pega muy bien con la melodía general y utiliza la misma melodía del principio para finalizar la canción, haciendo una especie de coda.
Para finalizar el álbum, 4 More Years utiliza la misma letra a lo largo de la canción repitiendo un mensaje, salvo la última estrofa, que es una frase hablada que se ha debido de colar en la grabación y que han decidido dejarla. Canción de menos de un minuto muy experimental, en el que utiliza mucho eco, sintetizador, reverb y otros efectos en cada instrumento, resumiendo muy bien la impresión general del álbum.
Para este tercer disco, Declan McKenna ha roto con todo lo utilizado anteriormente y con el sonido por el que se le ha conocido estos últimos años. La experimentación es la palabra que mejor define a What Happened To The Beach? que, en ocasiones, asombra por su brillantez instrumental pero, en otras, no sorprende por ser un sonido ya escuchado en años previos.
Con este álbum, el cantautor deja muy claro que su escuela musical es muy variada y que sus influencias musicales van de un género a otro y de una década a otra. También deja entrever que, ni ahora ni en el futuro, se centrará en un género único, abriendo la puerta de sonidos diferentes en trabajos futuros.
Aun así, What Happened To The Beach? es un trabajo que, en ocasiones, se vuelve complicado de escuchar, sobre todo para quienes están acostumbrados a su sonido en Zeros. Esa experimentación es interesante y marca un punto significativo en su carrera que, con 25 años, tiene muy buena pinta, pero también deja la sensación de que va a seguir buscando un estilo con el que se encuentre cómodo al 100% y se convierta en su marca.
Ya tiene programados varios conciertos por Reino Unido y otras fechas por varias ciudades europeas en las que no incluye España. Aunque ha tocado en Barcelona y en el FIB allá por el 2017, no ha vuelto a actuar en nuestro país desde entonces. Esperemos que aproveche la promoción de este nuevo álbum para interpretar todos sus nuevos temas en territorio español.