rubius

No entienden nada. No lo entienden. No pueden comprender que alguien triunfe haciendo algo nuevo, haciendo lo que le gusta. Haciendo algo que a priori era considerado como una simple afición, pero que con el paso del tiempo se ha convertido en un oficio. Un oficio que consiste en ofrecer entretenimiento a través de unos vídeos.

Se comienza como un hobby, vas ganando seguidores, tienes una pizca de suerte y lo que haces, lo que creas, llega al otro lado del charco. Gusta. Haces que salga una sonrisa. Te compras una buena cámara, mejoras el contenido y el montaje. Tu hobby te come por dentro, se convierte en una obsesión, pero te sigue gustando. Y eso es lo importante. Creces, tanto a nivel profesional como personal. Te conviertes en una (casi)estrella en medio mundo. Te reconocen, te paran, quieren hacerse fotos contigo. Y a ti te ilusiona, no te lo crees. A veces agobia, pero merece la pena pasar por ello.

Sigues haciendo lo que te gusta, no haces mal a nadie, no robas, no matas, no violas, no necesitas meterte con nadie. Pero eso no es suficiente con algunas personas. Algunas de ellas, desconocedoras de tu trayectoria, pensarán que es imposible vivir creando vídeos. No les entra en la cabeza. «Ese chaval no es trigo limpio«, piensan. Hay que desestabilizarle, aprovecharnos de su fama para aumentar la nuestra. Vayamos a lo personal, a lo que verdaderamente jode. Dejémosle mal, tiremos de descalificaciones. El resultado se hará viral.

Y lo consiguen, pero ya sabes cómo son. Es lo que buscan,

No lo entienden y no lo entenderán. Quizás en otra vida lleguen a comprenderlo. Mientras tanto, tú haz lo que te gusta. Eso es lo importante.

Así es el caso El Rubius.