Por Dimas P.L.

Cuando finalmente me encontré cara a cara con Marcelo Criminal, o «Marcelo García«, como insisten en seguir llamándolo sus orgullosos profesores de primaria, yo todavía mostraba evidentes señales de haber pasado la noche fuera de casa. Por eso el encuentro debía darse en la terraza de un bar. Para poder tener el gotero de cerveza puesto y la facilidad de orientar mi rostro hacia la más leve brisa que visitara la calle.

Pese a los continuas arcadas y vértigos, propios de la resaca, la cosa fue bien. Marcelo se soltó. Divagar con un fan todavía perjudicado por la noche de micro abierto en la Cuesta de Santo Domingo fue el calentamiento perfecto para el gran día de promoción que le aguardaba.

Porque por eso estaba aquí, en Madrid, Marcelo Criminal, para promocionar su último disco, “La última casa de apuestas”.

*Buena mierda. Tuve la oportunidad de escucharlo antes que vosotros y me lo pasé genial.

Pero, sin más rebozos, vayamos al turrón: una conversación de tú a tú entre alguien nacido en Murcia y alguien que es ya un icono de la comunidad autónoma del limón y el paparajote.

 

Entrevista a Marcelo Criminal (2023)

 

Tu música parece envuelta en una sensación de melancolía y existencialismo. ¿Cómo haces para que tu música no sea tan peñazo como El Ser y La Nada de Jean-Paul Sartre?

Yo creo que hay dos elementos que son bastante directos en mi forma de hacer canciones. Uno, la duración. Bastante corta. Es una manera de no ser pesado. Una cortesía que ofrezco por si no te gusta. Dos, siempre intento darle cierto sentido del humor a mis historias.

Pretendo no ser especialmente dramático. No buscaría ser existencialista. A estas cosas se llega sin querer o llegan otros.  “Existencialismo” es una gran palabra con la que yo la verdad que no me identifico mucho como compositor.

Yo procuro hablar de cosas que siento que pueden ser interesantes para muchas personas. Quizá sea una forma muy populista de abordar la música pero es un poco a lo que aspiro. Entonces, si a base de esto alcanzas a hablar de lo humano y lo existencialista, está bien, pero yo trato de afrontarlo de una perspectiva mucho más concreta y humilde.

 

La victoria no es un tema recurrente en tu música, ¿cómo celebras los triunfos en tu vida rutinaria? Un sold out, una buena crítica en los medios, una victoria de la selección…

No soy muy dado a la celebración. Soy bastante cauto o intento serlo con los triunfos que te da la vida. Sé que a lo mejor no haría canciones si no hubiese un público detrás, y también tengo mi ego, claro, pero trato de mantener mucha distancia con la celebración de victorias.

Estoy en un proceso largo, que espero que culmine en algún momento, de aprender a disfrutarlas. Al menos en su justa medida.

Pero con frecuencia me cuesta mucho, la verdad, celebrar cosas. Suelo ver lo bueno con cierto recelo y miedo, como que si hubiera algo malo esperando detrás.

 

¿Consideras que el mundo es un terreno hostil donde todo es sistemáticamente devorado o hay algún tipo de esperanza para los tímidos y quebradizos? 

No soy nada apocalíptico.

El mundo en el que vivimos, con este sistema, con estos medios, con esta materialidad, es efectivamente un lugar hostil pero creo que hay millones de cosas buenas a las que nos podemos aferrar en cualquier momento.

Yo soy diría que incluso a veces peco un poco de optimista, pese a mi música. Ja, ja, ja.

Por eso digo que intento siempre no pasarme de dramático o trato de encontrar algún giro en las canciones, porque no quiero deprimir tampoco a la peña.

 

En tu último trabajo, mencionas lugares como El Corte Inglés, el Parque de Fofó, la Avenida de Juan Carlos I… ¿Son los que mejor definen Murcia? ¿No tienes que decir nada de Mariano Rojas, el Tontódromo, las fiestas de económicas en Espinardo?

Estos lugares que menciono no creo realmente que sean los lugares que mejor definen en Murcia.

De hecho, no sabría decirte cuál es el lugar que mejor lo hace.

Pero es verdad que como lugareño, si vives allí, son lugares que uno puede reconocer fácilmente. 

No uso estos emplazamientos  con el fin de la referencialidad o con un afán nacionalista, sino para crear una estética, aunque suene un poco pretencioso, a base de localizaciones cercanas.

 

La dicción y el estilo vocal de tus canciones son muy distintivos. ¿Cómo crees que estos elementos contribuyen a la experiencia auditiva que ofreces a tus oyentes? 

Si hablamos de mi estilo de cantar, creo que no sabría hacerlo de otra forma.

No es algo que me plantee mucho. No es exactamente una decisión consciente.

Quizá sea por la música que escucho, pero como canto es la única forma que entiendo de cantar.

Así, muy monotonal, un poco parsimónico, con voz de muerto.

Me gustan las canciones así. Así que no ando buscando un efecto. Podría pegar gritos, pero no me sentiría cómodo. Es una cuestión de gusto personal.

 

¿Tu minimalismo siempre fue una elección o una necesidad por falta de recursos? 

Diría que quizá en una primerísima época había un factor de recursos, pero creo que siempre me ha interesado más la música pop minimalista y que mis bandas preferidas siempre han sido bandas que todo lo que han hecho lo han hecho con cuatro cosas.

Vuelve a ser una cuestión de gusto.

Hay veces que me permito cierto barroquismo pero en general, si vuelvo a las bandas que me inspiraron, vuelvo a lo pequeño, vuelvo a lo sencillo.

 

Tu nuevo álbum tiene 22 canciones, ¿cómo has conseguido mantener la cohesión en un trabajo tan diverso?

Bueno, yo he intentado esa cohesión, pero afirmar si lo he conseguido es cosa del oyente.

Piensa que ha pasado muchísimo tiempo entre algunos temas.

Las canciones se compusieron entre finales de 2020 y mediados de 2022. “El día que murió Pedro Sanchez” creo que la hice en 2021.

 

Un tema muy vigente hoy, por cierto.

Como lo era por aquel entonces.

 

La parte mágica del Realismo Mágico, supongo. Un tema que tanto a mí como a mi padre, que piensa lo contrario que yo en política, nos estimula.

Si yo te contara…

*Risas.

 

Algunos de los lectores te comparan con Daniel Johnston. La versión murciana, con dientes. ¿Qué te parece esta comparación?

“Con dientes”, ja, ja, ja. Qué cabrón.

Ante todo decir que Daniel Johnston me encanta y descubrir sus canciones fue una cosa importante para mí.

Pero la verdad es que se trata de un lugar común cuando alguien escribe algo sobre mí. Quiero decir que se ha hecho unas cuantas veces esta comparación.

Durante un tiempo yo tenía cierto resquemor con ello. Pasaba el tiempo, yo hacía un disco nuevo, distinto, y la gente seguía pensando lo mismo: Marcelo Criminal igual a Daniel Johnston. Y yo me decía: “Bueno, igual al principio sí nos parecíamos, pero ya no…”.

A día de hoy, me da igual, me he reconciliado con la comparación. Volví a escuchar a Daniel. Joder, y es buenísimo. Tiene canciones increíbles. Era un genio.

 

¿Puedes compartir algo sobre tus influencias musicales que han contribuido a tu estilo único?

En cuanto a mis influencias musicales, quiero mencionar tres nombres destacados.

En primer lugar, quiero hablar sobre lo que solía gustarme cuando era adolescente y lo que me abrió las puertas a un tipo de música, el grupo estadounidense Teen Suicide. Este grupo de lo-fi lanzó muchas canciones alrededor de 2011. Ahora creo que han cambiado su nombre, posiblemente debido a ciertos problemas que han tenido por llamarse así. En mi nuevo álbum, hay una canción titulada «Mi propio infierno», que es una referencia directa a su mejor disco.

Luego, quizá, un poco más adelante llegó Tirana, una banda catalana que hacía una música muy deprimente con muy pocos medios.

Y para acabar Beat Happening, un grupo americano muy, muy minimalista. Medio punkys pero poperos, de finales de los 80. Un grupo increíble para mi gusto.

Te hablo de bandas que me inspiraron a tocar. Ese es el concepto. Luego, claro, hay otras muchas, como La Estrella de David o Futuro Terror, por ejemplo, que me encantan, pero que ya me pillaron haciendo canciones.

 

*Se para la entrevista unos segundos para pedir mi siguiente caña. A Marcelo no le apetece otra Cocacola Zero.

 

Sabemos lo que significa para tu música, pero ¿qué papel juega la ironía en tu vida diaria y cómo la incorporas a tu rutina? ¿eres tan ácido en las confrontaciones en la vida real?

No soy nada confrontacional. Mi talante suele ser mediador y diplomático. Le temo al conflicto, no porque sea un santo, pero quizá sí por cobardía.

Intento también no tomarme nada en serio y llevar la vida con sentido del humor.

 

Tus canciones a menudo se sienten como mini-historias o pequeñas instantáneas de la vida. ¿Ves una comparativa con la moda actual de hacer reels para Tiktok? 

Me parece una cuestión importante. Uno de los comentarios que mi novia me hizo acerca del disco, comparándolo con los anteriores, fue que mientras los otros discos se asemejaban más a ver una película de hora y media, este se sentía más como pasar una hora viendo TikToks. Me parece interesante, y me gusta que mi disco sea conciso y diverso. El objetivo era que hubiera al menos una canción para cada persona.

 

‘La Última Casa de Apuestas’ ha sido lanzado este 29 de septiembre. ¿Si fuera un medicamento qué pondrías en el prospecto a modo de advertencia?

¡Pregunta realmente complicada! Lo único que sé es que no le recomendaría el disco a alguien que le interese la música solo en un sentido de virtuosismo, pura excelencia o innovación, melódica o arreglista. No es un disco para esa persona, por ejemplo.

Aunque me he esforzado para que a todo el mundo le guste el disco, ya te digo. No me esfuerzo por alienar a nadie.

 

Es bastante recordada aquella vez en la que Carolina Durante versionó uno de tus grandes hits. ¿Si alguna banda se decidiera por versionar un tema de este nuevo disco, qué canción te gustaría que fuera y qué banda?

Álex, mi productor, bromea, cuando me empeño en hacer una canción minimalista: “Para quien quiera versionarte este tema va a ser brutal, porque tiene el esqueleto y lo puede mejorar o rellenar con lo que le de la gana”.

En este disco hay una canción especialmente “pequeña”, la de Me quedé encerrado (en el baño del psicoanalista) aunque esa no tiene mucho potencial de “hit”. Quizá las más roqueras tienen más visos de ser versionadas por bandas, pero no sabría decirte quién.

 

Para nuestros lectores más depresivos: ¿Alguna estupidez que te ponga de buen humor en momentos de decadencia y pesimismo?

Sin lugar a dudas, Jordi Hurtado haciendo cualquier tipo de imitación en «Saber y Ganar», incluso algunas problemáticas, hay que reconocerlo. Pero sé que lo hace con buen corazón, me hace sonreír y alegra mi tarde.

 

¡Para terminar! ¿Dónde crees que hacen el mejor pastel de carne de Murcia?

Ja,ja,ja al final todo depende del hambre que tengas. Aunque Zaher es el canónico.

 

Joder, es que ese tiene un nivel…

¿Entonces estás de acuerdo conmigo, no?

 

Yo ya no puedo comer otros.