Crónica y fotografías by Sara Cartas

—–

Tercer día que nos encontramos en el escenario de IFEMA (Sidonie y Manel previamente) donde se celebra el ciclo de conciertos Abre Madrid. Esta noche tendremos el placer de escuchar a La Habitación Roja, que ya llevan 25 años de trayectoria musical. En 2020 hubieran hecho una gira para celebrarlo por todo lo alto, pero las circunstancias también han truncado los objetivos de esta formación valenciana. Jorge Martí, que ha venido desde Noruega, Pau Roca, José Marco y Marc Greenwood se suben al escenario por primera vez desde noviembre. Sigue siendo un gusto para ellos poder tocar delante de su público, aunque sea en época de pandemia.

Los cinco integrantes nos hacen un recorrido por su fructífera y fascinante trayectoria musical, con canciones que vieron la luz poco después de que la que escribe estas líneas hubiera nacido. Intercalaron durante todo el concierto canciones de diferentes discos —cuentan con catorce trabajos en toda su historia, entre LPs y EPs, sin contar, por supuesto, el disco recopilatorio por el vigésimo aniversario—, así que comenzaron con “Nuevos Románticos” (2018), “La Segunda Oportunidad” (2012), “Un Día Perfecto” (2001) y “Volverás a Brillar” (2016). En esta última canción se dieron cuenta de que el público no tenía permitido levantarse de sus asientos —aunque algunos lo hicieran—, porque un fan se lo dijo entre gritos a Jorge Martí. Pau Roca propuso que a partir de ese momento tendríamos que hacer mucho más ruido, al menos para compensar que no podíamos bailar sin estar pegados a nuestros asientos.

la habitacion roja 3

Siguieron con “Berlín” y “Nunca Ganamos el Mundial”. Aquí Jorge explicó por qué llevaba gorra en el escenario: en la prueba de sonido se había golpeado con una pantalla y se había hecho una brecha. Por suerte, no fue nada grave y los médicos disponibles en el recinto pudieron curarle rápido a pesar de la sangre que se hizo. Después pudimos escuchar “Cuando te hablen de mí”, “La noche se vuelve a encender”, “Líneas en el cielo”, “La edad de oro”, “El eje del mal” y “Quiero”, que dedicaron a Intromúsica y es el primer adelanto del que será el nuevo disco de La Habitación Roja y la primera canción que grabaron en la pandemia.

Cuando estrenaron “Quiero”, Jorge comentó sobre ella que “es una oda al amor incondicional y auténtico que soporta el paso del tiempo y las adversidades, ese que está por encima de todos los problemas y contratiempos que la vida nos pone por delante”. Si conocemos la dura y bonita historia del cantante con su mujer, que padece una enfermedad crónica desde hace más de una década y junto a la que pasa cada invierno en Noruega acompañados de sus hijas y por la que trabaja como enfermero en dicho país, todo cobra un poco más de sentido.

la habitacion roja 5

En esta línea también podemos encajar la siguiente canción, “Febrero”, una oda a la melancolía que mezcla la nostalgia y el golpe de realidad al asumir las situaciones duras por las que podemos pasar en la vida: El momento que pasa se escapa, no vuelve a pasarte / Y aunque hierva la sangre, se abren caminos y a andar / Curaré ese dolor que me pone a morir / Cada vez que te vuelvo a vivir. Como última canción en esta trilogía de melancolía, llegó “La Moneda en el Aire”, pero que a pesar de la tristeza que nos puede transmitir, no deja escapar un halo de esperanza en todo el caos: Cada momento hay que apreciarlo / Cada segundo es vital / Se nos escapa entre las manos / Lo más preciado lo esencial / La moneda en el aire / Puede ser que esta vez salga bien.

A pesar de ser conscientes de que el público sólo podía estar sentado, Pau Roca nos recordó que nos sentían de pie, antes de tocar “Voy a Hacerte Recordar”. Por último, antes del bis, llegó Madrid, la canción perfecta para un concierto en una situación social como esta: dedicada a todo el público que estaba allí esa noche, también fue para el Moloko, situado en la Calle Quiñones, que se menciona en la canción y cuyos dueños se encontraban en el concierto, porque después de más de dos décadas sigue siendo un lugar importante en la escena musical madrileña. Sobre todo ahora, que las salas tienen peores condiciones que nunca y que son de los sectores más afectados, teniendo en cuenta que ya de por sí la industria musical ha sufrido un duro golpe en la crisis provocada por el COVID-19.

la habitacion roja 4

El bis llegó y se acercan las últimas cinco canciones de la noche, que saboreamos en un intento de que duren más que sólo veinte minutos. La primera fue “Taxi a Venus”, por petición popular y a pesar de no habérsela preparado. Continuaron con “Ayer”, una de sus canciones más conocidas y, a pesar de sus ritmos perfectamente bailables, una de las más tristes, por expresar el dolor de no poder darle a alguien todo lo que se merece, sólo porque no eres capaz de corresponderle al mismo nivel. Después nos tocaron unos segundos de la próxima canción que sacarán, que será una de las canciones de amor más bonitas y puras de La Habitación Roja, y lo podemos saber sólo con la frase “la camiseta que llevas es mi única bandera”.

La siguiente canción fue “Indestructibles”, otra de las más tristes del grupo, y que dedicaron a Luis, que ha perdido a su padre por el virus, y a las naranjas y mandarinas del padre que los músicos disfrutaban tanto. También se la dedicaron a todos los que se han ido estos meses, siendo uno de los momentos más emotivos de toda la noche. Se presentó a todos los integrantes de la formación y se agradeció enormemente a todo el mundo que estaba allí, técnicos incluidos, porque hay muchísimo trabajo detrás de cada concierto. La última canción de la noche fue “Las canciones”, uno de los singles que han sacado durante estos meses. También fue dedicada, esta vez a Ernesto González, el encargado de prensa de Intromúsica, con quien tenían una estrecha relación y que también ha fallecido estos meses. Los cuatro minutos y cincuenta segundo que dura este tema hablan de las canciones que nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Y, sin duda, las de La Habitación Roja nos seguirán acompañando durante años.