Por Dimas P.L.
¿Es Effe la banda heredera que salvará al rock urbano de su decadencia y desaparición? ¿Puede la poesía infiltrarse todavía más en las carnes de la música nacional? ¿Qué es una agrupación musical “turolense”?
Con estas y otras preguntas más fui de cabeza a la presentación del cuarto disco de Effe, Los Días de Palabras Muertas. Fui parcialmente virgen. ¿A qué llamo parcialmente virgen? A haberme dejado meter solo la puntita. Un par de temas había escuchado solo de la banda. Pero la noche estaba en calma, tenía ganas de una cerveza y nunca había pasado por la Sala El Perro, así que fui en busca de música y compañía.
Fue divertido encontrarme con el resto de medios habituales, todos luciendo sus camisetas de bandas y esperando a que les dieras una excusa para llenarte la cabeza con alguna de sus anécdotas de conciertos pasados.
Poco a poco, los congregados nos apelotonamos en la gruta del Perro, frente al escenario. Un saludo paisano y dos rasgueos hicieron falta para jurar que sí, que esta banda está apalabrada por los mismísimos Marea, leyendas del rock patrio, abanderados de Berriozar, y edificadores de tantos poetas desde que aparecieron en escena.
Y no es para menos, Los Días de Palabras Muertas ha sido producido por el gran Kolibrí Díaz (guitarrista de Marea), y cuenta con la colaboración rasgada de la voz aún más rasgada de Kutxi Romero (de profesión, bandolero o cantante de Marea).
A partir de ahí comenzó la fiesta de agitar la cabeza y levantar los cuernos en alto. Me abrí con facilidad a Effe, no solo por el tono familiar, sino por el persistente lirismo de sus letras. Una presumible navaja que, aun viéndola venir, recibes con las entrañas.
Desde entonces no he podido dejar de recomendar Effe a toda esa gente seguidora de Los Suaves, Platero, Extremo, Barricada, Rosendo o Marea. Y desde entonces solo he recibido felicitaciones por el acierto. “Son turolenses” respondo con una sonrisa siempre que piden más y más información. Y en cuanto a si es la banda heredera que salvará al rock urbano de su decadencia y desaparición. Bueno, no lo sé, depende de muchos factores, pero desde luego no se me ocurre mejor trago paliativo para beber mientras todo se hunde a nuestro alrededor.
Escucha Los Días de Palabras Muertas. Algo con intención y esencia. Como un estado de pensamiento al fin alcanzado. Como un arañazo en el labio. Como un día de pocas palabras pero de mucha poesía.