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Era el día. Ese día. El pasado jueves. El primer partido del Mundial. El Brasil – Croacia que muchos esperaban durante toda la jornada. Ellos, muy posiblemente, no sabían que en la Wurlitzer Ballroom de Madrid algo aún más excitante ocurría a la misma hora. Un POW!Los Nastys en pura regla. Porque en Madrid la música no para y Holy Cuervo siempre están ahí para encargarse de ello.

El primer tiempo era para Los Nastys. Una banda que, vale, en Malasaña son más conocidos que los heavies de Gran Vía pero, debido o no debido a ello, su directo va calando. Y no es porque no hayan dado ya unos cuantos (muchos) desde su formación, sino porque se lo están tomando más en serio. Y lo celebramos. Esta era la segunda vez que tenía la oportunidad de verles, tras el Sangaree, y las sensaciones fueron bastante mejores.

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¿Las razones? Posiblemente el sonido envolvente de una sala cerrada ayuda al mejor rendimiento de sus sucias guitarras. La tenebrosa luz de la Wurli también consigue que entres más en el ambiente de «Madrid es un cementerio«; «Holograma» o «Me lo encontre así» y, por último, no hay que olvidar que era la noche Jaggermeister. Ellos son Jaggermeister, aunque esa noche no tocaran su famoso tema, y esa bebida espirituosa corriendo por tus venas es la mejor combinación para disfrutar del directo de los de Tomelloso. Lo recomendamos.

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Se añadieron 10 minutos de descuento bien merecidos y que nadie en las gradas discutió. «Fumar, Beber y Romper» sonaba para impregnarse en tu cerebro. Que sigan así, van como un rayo.

Los POW! entrarían tras el descanso. Antes, en un indio/chino tuve la ocasión de ver el lamentable penalty a Brasil. Con él, las ganas de ver a los americanos apadrinados por el líder de Thee Oh Sees aumentaron. La fe en la música, también.

Y sí, POW! entraron en la segunda mitad con la lección bien aprendida. Como si su técnico les hubiera dado la charla de sus vidas en el vestuario. Pronto, la sala ya caldeada se fue viniendo aún más arriba. No éramos muchos pero la energía era como si la sala estuviera a reventar. Había ganas de escuchar en directo su magnífico debut Hi-Tech Boom. Synth punk, que según Holy Cuervo, morirías por ver en unos meses. Y no se equivocaban. Desde el minuto 1, el sintetizador y la guitarra tomaron el liderazgo de la actuación.

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Bastante más rápidos y contundentes en directo que en estudio, «Switchboard Scientist«, «Hope Dealers» o «Vertical Slum» tronaban y descargaban su rabia. También formaban los pogos y empujones, pan nuestro de cada día.

Fue un concierto muy recomendable y que los menos previsores no pudieron vivir. Pero, venga, os adelantamos algo: en octubre los de San Francisco volverán a la capital gracias a un festival. Hagan sus apuestas. Ese día, el concierto de POW! será cita obligada. Y como dicen por ahí: segundas oportunidades siempre fueron buenas.

Crónica by @RayVegas. Fotos by Pizz