Desde hace años, hay una movida gordísima que se gesta en el corazón de Torremolinos. El Canela Party es un festival que ha logrado ganarse el cariño incondicional de una buena legión de seguidores que celebran la música en directo de grandes grupos internacionales, todo ello con un crecimiento responsable y colocando la comodidad de los asistentes como un pilar fundamental de toda la experiencia. Y es que desde la organización han insistido mucho en la limitación de aforo, mantenimiento de precios y cero solapes. Desde Wake And Listen nos encantan los festivales que cuidan y premian la fidelidad de su público, además de dar visibilidad a proyectos underground difíciles de encontrar en otros lugares. En anteriores años hemos acudido al Observatorio Festival o al SinSal Festival, dos eventos excelentes en cuanto a gestión de recursos. ¿Estará el Canela Party a la altura? Te contamos todos los detalles en nuestra crónica a continuación:
El Recinto
Lo primero de todo es hablar del recinto: El Canela Party se celebra en el Recinto Ferial de Torremolinos, al que resulta fácil llegar a pie desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, por lo que los viajes de ida y vuelta al alojamiento no supondrán un problema siempre que esté ubicado en la propia Torremolinos. Dentro del recinto encontramos dos escenarios de igual tamaño colocados de manera perpendicular y que funcionan de forma ininterrumpida sin solapes. Desde la organización aseguran que el aforo se ha limitado a 6000 personas, a pesar de que el aforo máximo es de algo más de 10.000. Esta limitación del aforo es un grandísimo acierto, ya que no hay sensación de agobio en ningún momento, ni colas en barras / baños. Si el aforo se aumentase hasta las 10.000 personas, sería casi imprescindible la implantación de solapes en otro escenario para controlar el flujo de gente, además de provocar muchas más colas de espera. La zona de restauración contaba con un pequeño hilo musical propio a cargo de varios DJs, algo que animaba bastante la hora de la cena, pero que en ocasiones se escuchaba en exceso desde los escenarios principales. Por suerte, la organización pudo solventar este contratiempo a partir de la segunda jornada.
Ambiente
El ambiente es uno de los puntos fuertes del festival: Todo el mundo está con ganas de pasarlo bien y conoce a la perfección a la mayoría de los grupos. Además, el Sábado se organiza una gran fiesta de disfraces con una tasa de participación altísima por parte del público (diríamos que más del 80% acude disfrazado al recinto) y el nivel está realmente alto. Este buen ambiente se trasladó incluso a momentos complicados, como la cancelación temporal de esa misma jornada del Sábado por climatología extrema (p*** viento) y ante la cual todo el público reaccionó de manera ejemplar, y apoyando la decisión tomada por parte de la organización.
Conciertos
Y ahora vamos con lo importante : ¿Qué tal estuvieron los conciertos? A continuación os narramos los highlights de todas las jornadas:
Miércoles
El miércoles fue la jornada inaugural y gratuita, por lo que se agotaron las 6000 entradas disponibles, aunque dio la impresión de que en ningún momento llegaron a coincidir todos los asistentes a la vez, ya que el flujo de gente fue bastante escalonado. Alien Tango comenzaron en el escenario Jarl con un concierto en el que tuvieron tiempo para homenajear a El Guincho con una cover de «Bombay». Más tarde, el movimiento de ping-pong nos llevó a Pinpilinpussies que ofrecieron un gran derroche de energía que finalizó con una de sus integrantes tocando entre las primeras filas. Los siguientes en actuar fueron Repion y La Trinidad, quienes reunieron la mayor cuota de público en toda la jornada. Y es que «Sheriff Playa» ha sido un volantazo en el sonido de La Trinidad de lo más acertado, próximo a bandas como los B-52s o Radio Futura. Si a ello le sumamos que jugaban casi como locales, obtenemos uno de los conciertos más especiales de la edición.
La programación siguió con un cambio radical en el sonido, primero con el proyecto de Rocío Márquez y Bronquio, en un espectáculo de fusión electrónica y con dotes de performance para presentar su disco conjunto «Tercer Cielo» bajo un gran recibimiento. Le siguió la gran Nilüfer Yanya, cuyo directo siempre es garantía de calidad, con unas canciones brillan bajo el acompañamiento de su saxofonista. Fue una pena que su setlist se nos quedase algo corto, y que grandes temas se quedasen fuera por falta de tiempo.
Y llegamos a los cabezas de cartel de la primera jornada, con el tándem mágico de psicodelia conformado por Panda Bear & Sonic Boom golpeando en primer lugar. Su actuación se ciñó a la interpretación íntegra de su disco conjunto «Reset» con una fidelidad de sonido pasmosa y unos visuales bastante trabajados. Después recibimos a Jonathan Bree, conocido por sus trabajadas puestas en escena en directo. En esta ocasión apareció con dos bailarinas que amenizaron todo el show. Su último disco «Pre-Coded Hollywood» publicado este mismo año ha contado con colaboraciones de gente como Nile Rodgers y posiblemente sea su trabajo más redondo hasta la fecha. Una lástima que en algunas ocasiones el sonido de la zona de restauración se mezclase con el de la actuación.
Jueves
Para muchos el día fuerte del festival y con un sonido bastante centralizado. Empezamos la jornada con los siempre divertidos Pantocrator, que popularizaron el hashtag #freetochete durante buena parte del día. De ahí nos movimos al escenario Fistro para disfrutar de los hits atemporales de Pony Bravo, que dejaron salir su rama más psicodélica con sus videoclips acompañando en la pantalla trasera del escenario. Después tocó bajar un poco las revoluciones con Karate, que ofrecieron uno de los conciertos más exquisitos de todo el festival, a lomos de un slowcore noventero que sigue manteniendo una gran vigencia actual. Todo ello a pesar de que llevasen 17 años de parón antes de esta última gira. De ahí, fue sorprendente el enorme (y quizás demasiado) contraste de la siguiente actuación, con Noga Erez rimando bajo los beats del escenario Fistro. Tras su actuación llegó el maravilloso cuarteto formado por algunas de las mejores bandas británicas de la actualidad.
Empezamos por los siempre polémicos Dry Cleaning, en una actuación en la que combinaron el post-punk con el spoken word rozando la performance. El grupo sonó como un cohete y la mayoría del público entró en la propuesta, por lo que su concierto se saldó con una nota bastante alta. Tras ellos, llegó el turno para el grupo que acaparó el mayor número de miradas sobre el escenario: Black Midi. Y es que se nota que los británicos están en un estado de forma exaltante, contorsionando todas sus canciones sobre el escenario a placer. Si que es cierto que estaría bien que incluyeran algún instrumento más para sus shows, y así igualar la riqueza instrumental de su discos, pero por ahora nos conformamos con sus loquísimas jam sessions y cambios de ritmo. «John L«, «Slow» o «Welcome to Hell» ya son joyas de la orfebrería británica más reciente, y prueban que se puede meter en una batidora géneros tan disparatados como el Avant Prog, el post punk o el jazz rock con excelentes resultados.
Volviendo de nuevo al escenario Jarl, asistimos a uno de los mejores shows de la jornada de la mano de Shame, y es que el grupo se tomó la actuación muy en serio y no se dejó nada en el tintero, sumando todos los ingredientes para hacernos creer que estábamos presentes en un gran festival británico plagado de himnos post punk. Tras ellos fue el turno de la banda quizás más experimental del día, Squid. Los británicos funcionaron como una maquinaria bien engrasada durante todo su concierto, recreando con suma fidelidad las complejas atmósferas de sus discos y elevando al público de las primeras filas por los aires. Con su directo pudimos comprobar la evolución de su sonido, desde un primer LP en el que recordaban a unos Talking Heads o LCD Soundsystem bastante rabiosos, hasta un sofisticado krautrock con elementos progresivos. Creo que fue la actuación más redonda del día y una de las mejores de todo el festival.
Viernes
Siempre es un placer comenzar la jornada de la mano de Las Ligas Menores, grupo argentino que se prodiga bastante por nuestros lares, y a los que les guardamos un gran cariño. Por su setlist apareció «Piedra del Águila» primer adelanto del que será su tercer trabajo, con guitarras muy inspiradas en los Strokes, y al que le tenemos bastantes ganas. Tras ellos, Sorry aparecieron en el escenario Jarl. Su concierto era uno de los que más expectación nos producía del festival, ya que el grupo había cancelado su gira española al completo hace escasos meses, además de ser una de las grandes promesas internacionales actuales. El ambiente fue algo diferente al resto de conciertos del día, no hubo pogos, pero sí trabajadas melodías indie rock y mucha emotividad. Ojalá el Canela Party siga cediendo algo de espacio a este tipo de propuestas en los próximos años.
La fiesta continuó con Porridge Radio, que ofrecieron sensaciones similares a su concierto en el Paredes de Coura con un setlist corto pero explosivo que finalizó por todo lo alto con «The Rip«. Desde ahí saltamos a otro de los platos fuertes del festival, con un grupo muy difícil de ver por la península como son The Notwist. En directo sonaron más cañeros que en estudio, apretando bien el pedal y subiendo un par de marchas de intensidad. Y la verdad que los muros de sonido le sientan de lujo a sus hits, y su LP estrella «Neon Golden» hizo bastante acto de presencia, con «One With The Freaks«, «Pilot» y «Pick Up The Phone«.
Con esa euforia llegamos a la fiesta de de Lindsey Jordan, cuyo proyecto Snail Mail se ha convertido en uno de los referentes del indie rock actual. «Pristine» fue la muy sorprendente apertura de un concierto en el que repasó su corta pero intensa trayectoria que quizás no era tan frecuente ver por el festival hace unos años, pero que agradecemos enormemente su apertura de miras. Lindsey nos dijo adiós con «Valentine» de su último disco y con el deseo de volver a verla por España pronto.
Nada nos podía preparar para lo que íbamos a vivir en el escenario Fistro a continuación. La explosión de energía de los Osees con su doble batería fue de las que marcan época. La banda de los mil nombres liderada por John Dwyer dio una lección de psicodelia surfera, y aunque muchos pensábamos que el último disco acapararía gran parte del setlist, lo cierto es que el grupo entregó una especie de grandes éxitos, con hasta 3 canciones de «Mutilator Defeated at Last«, 2 de «Floating Coffin» u otras 2 de «Orc«. El público no cesó los pogos y el crowdsurfing, y prácticamente no hubo un segundo de concesión. Firme candidato a mejor concierto del festival.
El concierto de Nick Waterhouse fue perfecto para descansar y reponer fuerzas, con un Rhythm & Blues con toques de soul bien elegante y acompañado por un elenco de músicos de lujo. El broche de oro lo puso el trío de conciertos de producto nacional con Biznaga, Bala y Perro.
Sábado
Y así llegamos a la gran fiesta final con el concurso de disfraces como temática central de la jornada. Prácticamente todos los asistentes acudieron disfrazados, y todos los grupos también lucieron disfraces durante sus actuaciones. Cientos y cientos de personas esperaban en la larga cola de la entrada para poder inmortalizar en una foto sus disfraces grupales, mientras La Paloma y Mujeres sonaban en los escenario principales. Sin embargo, durante la espera mucha gente comenzó a percatarse de que algo no andaba bien y de que el viento soplaba demasiado fuerte. En pleno concierto de Mujeres los altavoces y pantallas comenzaron a oscilar con gran violencia, y la organización decidió sabiamente cancelar momentáneamente la jornada hasta que la situación mejorase.
El público se tomó el contratiempo con humor, y aprovechó para explorar la ciudad. Unos acabaron en una final de cante flamenco, otros en la plaza del 100 montaditos… Así hasta que la organización comunicó por redes sociales que todo estaría preparado para el concierto de King Gizzard.
Y los Australianos nos hicieron olvidar todo el vendaval. Su concierto era el más esperado de todo el Canela Party, y no defraudó. Comenzaron mostrando su vertiente más metalera, pero poco a poco fueron cambiando de registros, demostrando por qué son la banda más ecléctica del mundo actualmente. Es verdad que el setlist tuvo que ver su duración mermada unos 15 minutos, pero después de todos los percances sufridos, el público acabó más que satisfecho. Este fue su setlist.
Gaia
Mars for the Rich
Converge
Witchcraft
Am I in Heaven?
The Grim Reaper
Magenta Mountain
Rattlesnake
Acto seguido, los franceses Carpenter Brut continuaron con la fiesta arrojando al público sus violentos sintes y guitarras metaleras. Una combinación devastadora de luces, sonido y percusión que encaja tanto en festivales de corte alternativo como en los más metaleros. A partir de aquí, comenzaron los malabares para intentar encajar a los grupos restantes en el tiempo que quedaba. Finalmente pudieron actuar Cave In, Les Savy Fav (que desataron la locura colectiva) y Brava (ubicada en el escenario de la zona Gastro).
En resumen, el Canela Party se consolida como un festival excelente para cualquier amante de la música alternativa, los pogos y las guitarras incendiarias, además de ser un ejemplo en cuanto a gestión y trato con el asistente. Esperamos que esta tendencia se mantenga durante muchos años más.
¡Viva el Canela Party!
Crónica By : Daniel Santamaría
Fotos proporcionadas por la Organización, realizadas por Jose Andrés Albertos y Javier Rosa