Cuando se juntan Son Estrella Galicia y la sala El Sol, el resultado es de bolazo en el 99% de los casos.

Anoche volvió a ocurrir, en el concierto que ofreció Jacco Gardner en la helada noche madrileña del 30 de enero. Una actuación que dejó a más de uno (incluidos nosotros) en una ensoñación continua que aún dura.

Pero ya habrá tiempo para sumergirnos el directo de Jacco. Porque que antes de todo, los Dead Parties harían las veces de teloneros. Ya hablamos de ellos hace unos meses a modo de presentación. Anoche el quinteto afincado en barcelona y liderado por Etienne Mamo presentaban «Tribe«, su EP debut que tan buenas sensaciones nos dejó hace unas semanas. Apetecía comprobar en directo el potencial de su sonido noventero, y la verdad es que con sus guitarras afiladas lograron convencer a una sala que presentaba un gran aspecto para recibirles. Un directo más que prometedor para una banda con un gran futuro por delante.

dead parties amdrid

Se acercaba la medianoche cuando el bueno de Jacco Gardner aparecía en el escenario acompañado de su banda. El público esperaba ansioso disfrutar de su cuidada psicodelia barroca que tanto dio que hablar en 2013. El artista holandés venía a Madrid para presentar su primer álbum, «Gabinet Of Curiosites«. Un trabajo que si ya es bueno en su versión estudio, mejora hasta límites insospechados en directo.

Su ingenua psicodelia comenzó a sonar en los primeros segundos del tema instrumental que da nombre al álbum. A partir de ahí estabas perdido. A lo largo de la siguiente hora acabarías sumergido en un viaje onírico a través de la música de Gardner. El clavicordio y los teclados hacían su papel y se convertían en esenciales con el paso de los temas. Siempre bien acompañados por unos bajo, guitarra acústica y batería geniales, además de unas segundas voces más que reseñables. Voces que te atrapaban aún más en el ambiente sesentero de su sonido.

jacco gardner madrid

Un sonido sin las simas abisales propias de los viajes mentales que suele provocar la psicodelia a la que estamos más acostumbrados. Los viajes que provoca Gardner tenían todas las características de una psicodelia que era inédita para nosotros desde los 60. Inocente, onírica pero no oscura. Psicodelia de imaginaciones circenses de atrezos y de sueños infantiles. La psicodelia del surrealismo, de tercipelo, espejos, color y jaulas doradas. Una sensación que, como se ha dicho anteriormente, solo nos traen algunos grupos de los años dorados de los 60, antes de los problemas y de la negatividad de las drogas.

Esos años no nos tocaron vivirlos, pero ayer Jacco nos transmitió «algo» que nos hacia creernos partícipes de esa época. El sentimiento era real. Podías cerrar los ojos y caer absorto en lapsus de intensas abstracciones que llegaban inesperadamente. Igual que llega el sueño por las noches, sin dejarnos recordar en que momento cruzamos la frontera de lo imaginario. Anoche ocurría. De golpe abrías los ojos y no sabías donde estabas exactamente. Jacco nos conquistó con artes que parecían responder más a razones involuntarias del subconsciente, y que iban perfectamente adornadas por los remates de la banda que le acompañaba. La cúspide de la pirámide, la vanguardia de una ofensiva cuya posterior conquista y bandera ostentaba Gardner.

Y con estos pensamientos volvimos al mundo antes del subidón del cierre, protagonizadas por una mini jam session de casi 10 minutos. «Clear The Air«, «The One Eyed King» o «The Riddle» fueron alguno de sus temas que enamoraron a todo el público congregado en la mítica El Sol. Sala que celebra su 35º aniversario este año y que con conciertos se mantiene como referente de de la escena musical de la capital.

El sonido de Gardner puede evocarte multitud de bandas, pero no las nombraremos. Mejor que cada uno tenga su propia idea. Si hay alguien cuya música pueda ser considerada como droga, ese es Jacco Gardner. Como apuntaba anoche un buen amigo: «Esto es lisergia«.

Crónica by @rayvegas. Fotos by Fernando de Torres Valentí.