Anoche era otro día señalado en el ciclo de conciertos 981 Heritage. El otoño de conciertos que han traído a la capital está siendo para recordar con Youth Lagoon o Iceage entre otros. Ayer era el turno de Austra y Baths en la sala Shoko madrileña.
Baths quedaron por encima del término “telonero”, aprovechando su muy bien recibido último álbum, «Obsidian«, y gracias a un directo ecléctico pero apasionado, con arranques de alta intensidad que reclamaron su protagonismo frente al público. Su esquema sonoro, distinto, pero de espíritu parecido al de Austra, fue la perfecta introducción.
Tras ellos, los integrantes de Austra tomaron el escenario como sombras bajo una iluminación azulada que les ayudo a inundar la sala de una sofisticación sinuosa que hipnotizo al público durante los temas “What We Done” y “Painful Like”.
El primer asalto emocional llego con “Forgive Me”, uno de los temas que nos gusto más de su último disco Olympia. Tema que también dejo patente que el grupo se sigue estructurando en torno a su carismática y sublime vocalista Katie Stelmanis, que se mantuvo perfecta incluso bajo los rigores del directo, mientras acompañaba las letras de sinuosos movimientos.
Sin duda se corroboro, una vez más, que la esplendorosa voz de la cantante es una de las grandes bazas de Austra.
El concierto continuo bajo esta atmósfera hasta que una unánime ovación recibió el comienzo de “Home”. El piano sumado a la voz de Katie en todo su apogeo, fue estremecedor, activando al público y marcando la mitad del concierto para acometer un crescendo hasta el final.
La segunda cumbre no se hizo esperar. Tras sumirnos de nuevo en sus abismos elegantes durante un par de temas. “Lose It” rompió el esquema causando una reacción aún mayor, conmovedora y que terminó explotando en la agitación definitiva del público, que llego a saltar y sumarse a los coros.
La arena ya estaba dividida y Austra entró a rematar con las oleadas vibrantes de “Beat And The Pulse”, el concierto tomó tintes discotequeros y se convirtió en una pista de baile con la vista puesta en el escenario, dejando al publico al ralentí cuando la banda salió de escena brevemente antes de los bises.
La calurosa despedida se alargo durante tres temas, un detalle importante teniendo en cuenta que a lo largo de su gira europea solo tocaban dos. Lo que nos hace pensar que Madrid debió de gustarles. Hasta el público, liderado por dos protagonistas que algún día comentaremos y premiaremos, hizo reír y animar a los hieráticos bajista y teclado.
Fue un directo que a un servidor le ha hecho volverse a trillar sus temas, y esa es una de las consecuencias que debe tener un buen concierto.
Promotora: +Galicia y Son Estrella Galicia
Crónica y fotos by Fernando de Torres Valentí