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Dos son los álbumes que ha publicado Trevor Powers bajo el nombre de su proyecto Youth Lagoon y, cosas de la vida, nunca había pasado por España. El ciclo de conciertos 981 Heritage, organizado por SON Estrella Galicia, ha tenido el honor de traerle por primera vez y anoche tuvimos la suerte de asistir al tercer concierto que daba en nuestro país, tras los ofrecidos días antes en Barcelona y Donostia (hoy toca en Santiago). El americano, una de las revelaciones de la música independiente de esta década, convenció con su directo a todos los asistentes.

De negro inmaculado, roto por una colorista y étnica toga que le convertía en un mix de señora que va a por el pan y una especie de líder de un culto secreto, hizo su aparición en el escenario. Su entrada vino precedida por una música de piano repetida en bucle y sin ninguna estructura pero que preparaba para el ambiente venidero. Escoltado por bajo, guitarra y batería, que parecían disfrutar en algunos momentos pero que se limitaron más bien a quedarse en su plano y cumplir profesionalmente con su parte, la banda dio un recital maravilloso.

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Su segundo álbum, «Wondrous Bughouse«, publicado este mismo año ha sido la excusa perfecta para su gira actual por Europa. Y con «Attic Doctor», tema soñador y circense del comentado álbum, comenzaba el concierto. Se veía venir que su directo aumentaría la esencia de sus grabaciones y así fue. En «Sleep Paralysis» y «Cannons» se confirmó, con la banda añadiendo mas sustancia a los temas. Todo sonaba mas orgánico y mas rico en matices gracias a las vibraciones de los distintos instrumentos.

Las canciones parecían no tener fin. De hecho, había momentos en los que el público no acertaba el momento exacto en el que aplaudir, «¿ha acabado ya?. Las improvisaciones entre tema y tema estuvieron presentes a lo largo de la noche. Era el turno de «Pelican Man», en el cual la batería hizo mas palpitante, si cabe, el explosivo subidón. Su álbum debut, «The Year Of Hibernation«,  también tuvo sus momentos con «17», brillantísima y en la que Trevor animó a la gente a saltar pero por entonces la sala ya había adaptado al paisaje de cualquier buen concierto con un mínimo de psicodelia: un mar de cabezas se movían indolentemente de arriba a abajo a la deriva de los ritmos que surgían del escenario.

La iluminación de la sala But, tan recurrida y conocida en múltiples conciertos, nos parecía distinta. Rojos, magentas y amarillos tenían hasta cuerpo, formaban nebulosas que orbitaban sobre la banda y parecían tan físicas como el algodón de azúcar. Mientras, «Mute» y «Raspberry Cane», dos de los temas del último álbum, se enlazaban de una manera única. «Daysiphobia» dio paso a «July», otro de los ya clásicos de su primer álbum y con ese estribillo tan coreable.  A Trevor se le veía seguro de sí mismo. Puede que el ecléctico estilo de su música, como que tuviese que mantenerse a los mandos de sus sintetizadores y cajas de efectos, no favorecieran que mantuviese mucho contacto convencional con el publico o demasiados paseos por el escenario, pero lo suplió perfectamente con un poco de humor y alguna conversación colectiva entre canción y canción.

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Se atisbaba el final del concierto y sucedió con «Dropla». Su letra, You will never die, era el titular perfecto para el sentimiento que se vivió anoche: difícil de olvidar. Pero el público aún quería más por lo que hubo tiempo para que la banda volviera al escenario y ofrecieran un último tema, «The Hunt», perfecto para echar el cierre a una actuación demasiado especial como para contarla en un medio escrito. Era necesario vivirla. Pero seguro que habrá más ocasiones de hacerlo en el futuro. Todo dependerá de Trevor Powers.

Promotora: Son Estrella Galicia

Crónica by @rayvegas y Fernando de Torres Valentí. Fotos by Fernando de Torres Valentí.

Setlist:

  1. Attic Doctor
  2. Sleep Paralysis
  3. Cannons
  4. Pelican Man
  5. 17
  6. Mute
  7. Raspberry Cane
  8. Daisyphobia
  9. July
  10. Dropla
  11. The Hunt (BIS)