Últimamente no paramos de oír ciertas palabras a todas horas: La La Land, Oscar, Ryan Gosling, Emma Stone…
El director Damien Chazelle se ha ganado por derecho propio un gran voto de confianza después de regalarnos Whiplash, y la verdad que allí se presagiaba un gran amor hacia la música por su parte. En esta ocasión llega a nuestros cines una nueva creación, que ha cosechado nada más y nada menos que 14 nominaciones a los Oscar, y que a simple vista todo amante de la buena música no debe perderse.
Hay dos grandes protagonistas. Por un lado, tenemos a Ryan Gosling, que interpreta a un músico amante del jazz realmente talentoso, pero frustrado ante la ausencia de trabajo y la muerte del género. Por otro lado vemos a Emma Stone, aspirante a actriz y camarera a tiempo parcial, la cual sufre la crueldad de la industria mientras intenta ganarse un hueco en la misma. Sus vidas cambiarán radicalmente al conocerse.
Pero, ¿realmente es tan buena? ¿Se merece todos los elegidos? Sigue leyendo esta reseña para descubrirlo:
Es probable que entres a la sala de cine pensando que La La Land es un musical como tantos otros, pero me parece un error catalogarla como una película de género.
Los personajes no se comunican y cuentan la trama cantando.
La música vive como un concepto sobre el que se basa toda la cinta. Para Damien Chazelle la música es pura emoción, y desarrolla el argumento a partir de dos realidades: Normal y musical. Dentro de la segunda podemos ver los verdaderos sentimientos de los protagonistas: Ganas de volar, arrepentimiento, sueños… por eso sus canciones están tan justificadas y tienen coherencia dentro del propio contexto de la película.
Hablando de sus propias canciones, tenemos desde una parte jazz hasta una introducción que recuerda a los musicales de los 50. Cada vez que se adentra en un género, lo hace de manera muy elegante y exquisita. Toda una delicia. Además, si te gusta la música disfrutarás y reflexionarás con las dos corrientes y pensamientos que se exponen hacia el panorama: amor a las ideas propias y a los géneros clásicos, o un renovarse o morir; intentando innovar cambiando viejos estilos y mirando siempre hacia delante. Todo ello se toca de forma muy sutil y sin desviarse de la trama en ningún momento.
Con todo lo contado hasta ahora se percibe el 50% de la película. ¿De dónde sale la mitad restante? De imágenes, planos, miradas, actuaciones… ¿Estamos en el cine no? Parece que es algo que muchos directores hoy en día olvidan, pero Damien siempre es 100% consciente de dónde se encuentra, y eso se nota hasta por el mimo en escoger el vestuario de los protagonistas, siempre acorde al escenario en el que se mueven.
¿Su historia? Verdaderamente simple. Sin embargo, la forma en la que se narra es muy compleja. Y lo logra con un montaje al que puede que le sobren un par de minutos pero que funciona a las mil maravillas. Argumento lo suficientemente simple como para ser vivido interiormente y completar sus espacios a través de sensaciones personales. Pero lo suficientemente complejo como para distanciarse de las películas de género y entregarte unos 20 últimos minutos que ya son historia del cine.
Ryan Gosling y Emma Stone funcionan muy bien. No es que se marquen la actuación del año, pero consiguen que te creas la química entre protagonistas, y le suman fuerza a un guión que ya de por sí es bastante bueno.
Conclusión: La La Land es puro cine, ese que no se disfruta, se vive. Su amor a los clásicos y su valentía para volar libre y romper con lo establecido hacen que se gane un hueco entre los más grandes de los últimos años.
Puntuación
LO MEJOR
+Su música y todo lo que la rodea
+la fuerza narrativa en sus imágenes y todo lo que transmiten
+Ryan y Emma brillan bajo un guión minimalista: simple pero muy eficaz
+Sus 20 últimos minutos para enmarcar
LO PEOR
-Puede que le sobren 5-10 minutos de metraje