Por Isabel Turel

Esta coproducción de Japón y Alemania se estrena en España el próximo 12 de enero y se presenta como una de las apuestas de Japón para participar en los Oscars 2024 como mejor película extranjera.oWim Wenders (Paris Texas, Cielo sobre Berlín) dirige esta película de dos horas de duración protagonizada por Köji Yakusho, Arisa Nakaro o Tokio Emoto. De todas ellas brilla especialmente la de Yakusho, gracias a la cual recibió el premio al Mejor Actor en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes, cita en la que Wenders obtuvo también el Gran Premio Ecuménico del Jurado.

Perfect Days nos cuenta la sencilla vida de Hirayama, un limpiador de lavabos públicos en Tokio. Él es muy feliz con su rutinaria y ordenada vida. Sus grandes pasiones son los libros, la música y fotografiar árboles con su vieja cámara de fotos. Hirayama es un gran oyente y, en sus encuentros inesperados, se deja llevar por la corriente, solucionando todo con amabilidad y empatía.

El film está aderezado con una estupenda selección musical de temas clásicos de los años 60, incluido «Perfect Day» de Lou Reed, que da nombre a la película, temas de Van Morrison, The Animals… todos clásicos del rock de esa época.

Nos encontramos ante un precioso retrato del protagonista, una bonita oda al disfrute de las cosas sencillas de la vida, de la cotidianidad, valorando el mundo analógico y presencial. Wenders habla a través del personaje de lo que nos hace humanos, el protagonista es un hombre muy decente, muy cumplidor y meticuloso en su trabajo.

Nos hace sonreír, poner al mal tiempo buena cara, disfrutar de las pequeñas cosas de nuestra rutina diaria haciendo que nuestros Días sean Perfectos.

Es una reflexión sobre la búsqueda de la belleza en la vida cotidiana. Una película con ecos del director japonés Yasujirô Ozu (Historia de un Vecindario), del que Wenders es gran admirador y en el que se ha inspirado para realizar la película.

Estoy segura de que a algún espectador le parecerá monótona y repetitiva, y es posible que hasta quieran salirse del cine, pero el público sensible puede disfrutar de una pequeña joyita que hace que lo pequeño parezca fácil. Una delicada maravilla, apta para espíritus sensibles.