Por Irene Naranjo

Acercarse a la última película de Uberto Pasolini implica desde el principio un adentramiento al drama. No podía ser de otra manera ante el tema: la búsqueda que lleva a cabo un padre enfermo para que su hijo, abandonado hace años por su madre, encuentre un buen hogar ante su inminente muerte. Esta premisa no hace que el largometraje se convierta en un melodrama. Todo lo contrario, aun siendo una película dura entorno a una horrible situación, refleja una gran naturalidad y luminosidad.

Mientras la muerte le acecha, John (James Norton) compagina un trabajo de limpiaventanas expuesto a los caprichosos tratos de sus clientes, el cuidado de su hijo pequeño y una sucesión de diferentes entrevistas con el objetivo de encontrar una casa para el pequeño.

Se suceden varias personas y situaciones que llevan a un constante pensar «qué haría yo en esa situación«. Porque si ya de por sí asimilar la cercana propia muerte no debe ser nada fácil, planificar el futuro de un hijo e intentar que no le falte de nada en su ausencia, parece un camino de espinas.

Destaca la notable actuación de ambos protagonistas, tanto del británico Norton como del pequeño Daniel Lamont. Con el increíble trabajo de este último, en el que se percibe constantemente la inocente preocupación de un niño que hace por no enterarse a la vez que intenta dar seguridad a su padre y aceptar su futuro.

El resto de personajes que van apareciendo suponen una reflexión constante de lo importante que es la familia en la vida de una persona. Una estructura que nos marca para siempre, ya sea por la clase social, la numerosidad de miembros, la educación o el cariño.

En definitiva, una película triste que invita a afrontar de una manera positiva el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos.

 

Cerca de Ti – Tráiler (2021)