Por May Fraser

Los fans del grupo coreano BTS han podido volver a disfrutar en cines de un concierto de la banda de kpop más relevante en la actualidad. Los pasados 1, 2 y 4 de febrero fueron las fechas en las que se pudo disfrutar en las salas de cine de todo el mundo el concierto que BTS celebró el pasado 15 de octubre en la ciudad coreana de Busan.

Este concierto se realizó para celebrar la candidatura de la ciudad para ser la sede de la Exposición Universal de 2030, que compite contra Roma en Italia, Odessa en Ucrania, Moscú en Rusia y Riyadh en Arabia Saudí, y de la que la banda es embajadora. A finales del 2023 se determinará cuál de esas cinco ciudades terminará siendo la sede de este importante evento global.

Confirmado inicialmente para celebrarse en el espacio abierto de Ilgwang, pudiendo alojar a alrededor de 100.000 personas, las masivas quejas de los fans por la falta de seguridad del recinto, así como la dificultad para llegar a él desde la carretera hicieron que se cambiase su localización al Asiad Stadium, con 53.000 asientos y una pista para 47.000 personas.

Este concierto iba a ser una celebración por todo lo alto, tiñiendo toda la ciudad de morado (color oficial de la banda) y ofreciendo las entradas del concierto de forma gratuita. Además, se podría visualizar el evento a tiempo real desde las pantallas localizadas a lo largo de la ciudad de Busan, así como en las plataformas de streamming de Weverse, Zepeto y Naver Now para los fans internacionales.

Según perfiles de Twitter, las entradas se agotaron en 15 segundos y las reservas de alojamiento de la ciudad terminaron colgando el cartel de “completo”. Durante la retransmisión del concierto, comenzando a las 6 de la tarde hora coreana, las plataformas de streaming también colapsaron a la tercera canción, aunque días antes confirmaron que estaban preparadas para alojar a, al menos 100.000 personas.

La realidad fue otra, ya que llegaron a conectarse alrededor de 49 millones de personas en total. Eso, junto a la cantidad de comentarios en directo, hizo que miles de fans compartiesen el concierto desde enlaces ilegales.

Con 50.000 asistentes al estadio y 12.000 espectadores de las pantallas gigantes de Busan, BTS salieron a un escenario repleto de decoraciones y elementos relacionados con su pasado en forma de easter egg, como la estatua del vídeo Blood, Sweat & Tears, el carrusel de Spring Day o el autobús amarillo escolar de No More Dream.

 

Los surcoreanos comenzaron su setlist con fuegos artificiales y la banda en directo tocando los primeros acordes del explosivo Mic Drop. A continuación, sonó el esperado Run BTS, uno de los tres nuevos temas publicados en el recopilatorio Proof y que se ha convertido en uno de los favoritos de fans y no tan fans.

Siendo la primera vez que se escucha en directo, la banda se esforzó al máximo por impresionar a los espectadores en directo y en streamming, ofreciendo una impresionante coreografía que, de inmediato, se hizo viral en redes sociales, tanto la grabación original como las versiones de los fans.

Para seguir alucinando y haciendo saltar a los fans, a continuación, sonó Run, que hizo enloquecer, si más cabe, al público, seguido de Save Me para relajarlos sólo un poco. Después de estos momentos, RM, Suga, Jin, J-Hope, Jimin, V y Jungkook consiguieron hablar al público para agradecer su presencia, así como a los espectadores online, aunque para ellos poco duró su discurso, pues para entonces ya habían colapsado todas las webs de visualizaciones y muy poco fueron capaces de ver al completo el resto del concierto.

A continuación, empezó la Vocal Line (Jin, Jimin, V y Jungkook) a interpretar las baladas Zero O’Clock y Butterfly, y después se encargo la Rap Line (RM, Suga y J-Hope) a devolver la locura al público con Ugh y Cypher Pt. 3.

De vuelta la banda al completo, dedicaron la siguiente parte del concierto a interpretar los temazos más internacionales y reconocidos, comenzando con Dynamite, seguida de un Boy With Luv sin la estadounidense Halsey, y terminando con Butter.

De nuevo, volvieron a dirigirse al público mientras aprovechaban para descansar, confirmando que la siguiente canción era la primera vez que la interpretaban en directo. Una ocasión muy especial, pues tanto Jimin como Jungkook son originarios de Busan, lo que hace prácticamente obligatoria la presencia del tema Ma City.

Para la siguiente parte del concierto, volvieron a poner la carne en el asador con canciones con una fuerte e intensa coreografía con Dope, Fire y Idol, con las que consiguieron hacer enloquecer aún más a su público.

A partir de aquí, los temas restantes escondían un significado con mucha emoción y nostalgia, comenzando, de nuevo, con discursos de los integrantes sobre el futuro de la banda, pidiendo a todos los espectadores y fans que confiasen en ellos e, incluso, teniendo tiempo para cantar el Cumpleaños Feliz a Jimin, habiendo cumplido 27 años justo dos días antes.

Epilogue: Young Forever empezó a sonar en el Asiad Stadium, dejando que el público corease al unísono su emocionante estribillo, seguida de otro de los nuevos temas de su recopilatorio, For Youth. Para los bises, decidieron incluir la balada Spring Day, considerada por la revista Rolling Stone y otros medios especializados como la mejor canción de la banda. Durante su interpretación, los miembros la cantaron dentro de un vagón de tren, haciendo alusión a las escenas del vídeo de la canción.

Por último, BTS finalizó este evento tan mágico y multitudinario con otro de los nuevos temas y el que más emoción y esperanza promete a los fans. Yet To Come rememora el pasado de la banda, pero también promete un futuro esperanzador, reafirmando que lo mejor está aún por llegar y, de nuevo, asegurando al público que todo saldrá bien, que confíen en ellos.

BTS: Yet To Come ha sido un evento enfocado en emocionar al público, con un setlist más personal que comercial, que se ha centrado más en los mensajes de sus canciones que los otros conciertos más recientes. Es la segunda vez que se puede ver en los cines de nuestro país un concierto de BTS, siendo el anterior BTS: Permission To Dance On Stage Seoul que ofrecieron en directo desde la capital.

Tiene sentido que se decidieran por esta lista de canciones en vez de interpretar otros temas más impresionantes como Black Swan, Fake Love, ON o Permission To Dance, pues justo dos días después del concierto se confirmó que los miembros de la banda iban a comenzar con su servicio militar obligatorio, empezando por Jin, lo que hizo aún más especial y emotivo la celebración del evento.

En cines, a diferencia de la retransmisión en directo, recortaron muchos discursos de los intérpretes, aunque se agradeció que, en este caso, estuvieran subtitulados. Aún así, ver a BTS en concierto en cines es una experiencia muy gratificante y excitante, siendo lo más cercano en nuestro país a ver (de momento) a la banda en directo. El lleno absoluto de las salas, junto con los gritos de los fans y las luces de sus Army Bomb son un espectáculo tan llamativo que es imposible no perdérselo.

Con los trabajos en solitario de los miembros de BTS, su enlistamiento obligatorio y sus compromisos como embajadores de casas de moda de lujo, es un hecho que no disfrutaremos del grupo al completo hasta 2025, año oficial de su regreso. Con suerte, seremos testigos de todo lo que tienen planeado mientras cumplen con sus obligaciones. Como bien recordaron una y otra vez en Busan, lo mejor de BTS está todavía por llegar.