Crónica by Sara Cartas

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La icónica sala La Riviera reabrió sus puertas por segunda vez en la nueva normalidad tras haber apagado sus altavoces y focos a causa del Covid-19. La guitarra española de Guitarricadelafuente que abrió el ciclo de conciertos de Crew Nation y que acercará a la sala a bandas como IZAL, Fuel Fandango o Miss Caffeina, dio paso a los golpes de las guitarras eléctricas de Triángulo de Amor Bizarro. Cuatro meses más tarde de su lanzamiento casi homónimo oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ, la consagrada banda gallega ha podido comenzar a presentar su nuevo disco.

Si una palabra parece no poder encajar mejor para definir el concierto, esa es bizarro. Colas con distancia de seguridad y varios miembros de Crew Nation nos abren las puertas de una sala cuya famosa palmera no sería el principal motivo de queja de los asistentes. En una disposición dividida en 4 sectores (pistas y balcones izquierdos y derechos), filas horizontales de sillas llenaban paralelamente una pista de baile en la que los pies deberían estar bien pegados. Con más de media hora de retraso frente a la hora de inicio el concierto, los últimos asistentes ocupaban sus asientos mientras uno de los miembros de la crew de la organización dedica el concierto al equipo de técnicos y miembros que han podido sacar adelante el evento. Entre los aplausos a los operarios y los silbidos por el retraso del concierto, este hombre nos recuerda las 4 normas que tendremos que seguir dentro de la sala: la mascarilla será obligada durante todo el concierto, no nos podremos levantar de las sillas ni movernos (a menos que queramos ir a por una nueva cerveza a la barra), respetar las distintas sensibilidades del resto del público y respetar la separación entre zonas.

Tras las sabias palabras de la organización del concierto, Isa, Rodrigo, Rafa y Zippo saltaron al campo como si de la final de la liga se tratara. Precisamente, el concierto fue programado a escasos kilómetros del lugar donde simultáneamente el Real Madrid se convertía en campeón de la presente temporada de la Liga Santander. Pese a la hora y el lugar, una sala que agotó las entradas comenzó a entrar en calor con los primeros golpes de batería de ‘No eres tú’, de su último álbum. Para echar más fuego a la hoguera en la que se convertiría la sala madrileña, la banda decidió arrancar con varios de sus éxitos de los discos anteriores. Desde la aclamada ‘El fantasma de la transición’, el set del concierto recorrió temas como ‘Amigos del género humano’ o “Muchos blancos en los mapas” en esta primera parte del concierto que comenzó a trabajar la ruptura de corazón que se avecinaba para los presentes.

 

Precisamente, fue ‘Ruptura’ el tema elegido para continuar el rodaje de una maquinaria que se preparaba para la lluvia. El primer single que presentaron en forma de cápsula de bajo y distorsión para el último disco dejó a un público exhausto que pegaría sus culos a las sillas ante los cañones de emoción que Isa y compañía se preparaban para lanzar. La aclamada ‘Fukushima’ hizo que los 500 asistentes al concierto cantaran al unísono los versos de seis minutos de crescendo y emoción que se verían fundidos con la emoción del siguiente tema. Bajaron las revoluciones de la batería de Rafa y aumentaron las ganas de todos los presentes ante la llegada de ‘ASMR Para ti’, la balada rompecorazones de la que todavía nos estamos recuperando al escribir estas líneas. Quizás premonitorio a la nueva forma de disfrutar del concierto, los versos Y aunque ya no habrá más bailes para ti // Tampoco más peleas ni arañazos // Sigue resonando en esta onda de radio // Que viajará miles de años dejó ver ciertas lágrimas entre los seguidores. Para rematar de chilena estos golpes de afecto directos a nuestros corazones, ‘Qué hizo por ella cuando ella encontró’ dejaba al público al borde del colapso emocional.

Ante los besos con mascarilla que nos permitía el recinto, el chute de energía necesario para reponerse ante las últimas canciones llegó con el éxito ‘Vigilantes del espejo’. Rodri tomó el mando del micrófono y con su lengua afilada cambió las lágrimas de los temas anteriores por las ganas de acabar con temas ácidos como ‘Canción de la fama’ u ‘O Isa’. Entre tanto éxito, puede que a muchos se les olvidan los problemas que siguen existiendo a causa del famoso virus del que tanto se ha escrito. Isa quiso recordar al público la necesidad de cuidar de aquello de lo que tenemos y que en el tiempo de encierro hemos podido apreciar. Dedicada “al mundo” y en forma de conjura, ‘Cura mi corazón’ invocó a serpientes y escolopendras con el ímpetu con el que comenzaría el último bloque de un concierto en el que cada vez era más difícil de mantener la compostura atados a una silla.

Repasando de nuevo sus anteriores discos ‘Baila Sumeria’, ‘Estrellas místicas’ o ‘Les llevaré mi cruz” hacían que los pogos se tradujeran en puños en alto entonando consignas como el “sonríe hostia, sonríe” que Isa dedica en a aquellas bandas que no cuidan a sus fans. La banda agradeció a los presentes haber venido a un concierto en tales condiciones. Su frontwoman que comenzaba el concierto diciendo ser “un grupo tranquilito perfecto para estas condiciones” entonaba dos de sus mayores éxitos para finalizar el concierto. La magnífica ‘Barca quemada’ de Salve Discordia (2016) sirvió para dejar las gargantas bien afinadas y afiladas para entonar su archiconocida ‘De la monarquía a la criptocracia’.

A falta de 5 minutos para llegar a las once de la noche y con las veintena de canciones cumplidas, la ovación final no pudo poner a un público en pie al que la banda quiso agradecer no haberse desmelenado en exceso con dos últimas canciones. ‘Seguidores’ conmovió y puso la piel de gallina para que el shoegaze se apoderase de los instrumentos y entre distorsión y aplausos “El crimen, cómo ocurre y cómo remediarlo” cerró el concierto. Cual excursión infantil a la granja escuela, el mismo operario de Crew Nation agradeció al público la asistencia para indicar de qué manera la sala sería evacuada: por zonas, por filas y en zona india. Como si de un oasis con palmera incluida se tratara, cerca de hora y media de concierto nos dejaron volver a disfrutar de un Triángulo de Amor Bizarro que volvió a demostrar ser el grupo de rock mejor preparado de nuestro país.