Nuestro querido octubre se nos iba este viernes. Acababa un mes que ha brillado por sus conciertazos en la capital: Ty Segall, Villamanuela, Mujeres, Allah-Las, Future Islands…31 días que serán difíciles de superar y que no pudieron tener un colofón mejor.
El cierre del mes iba a ser la fiesta que solo dos grupos canallas como The Parrots y Los Nastys pueden celebrar. Una fiesta que coincidía con el 31 de octubre, Halloween, y que provocó la Noche de Brujas más surrealista vivida en la calle Jardines: Música, pogos, máscaras de gas, Hitler, «I Am A Man», latas callejeras, «Fumar, Beber y Romper»… Excesos de una noche que prometía y que cumplió con creces. Dos bandas que volvieron a demostrar que su intenso directo encajaría a la perfección en cualquier local de Londres o California.
La sala El Sol iba llenándose, poniéndose guapa para la locura de The Parrots. El trío, recién confirmado para el SXSW 2015 y uniformados para el momento, estaban preparados para dar otro recital de garage tropical acelerado. Por una cosa u otra, las últimas influencias de Fat White Family flotaban en el ambiente. Sonaron temas nuevos, uno de ellos dedicado a Excalibur, y otros imprescindibles como «Dee Dee Dangerous», «I Did Something Wrong» o «Hello Stranger». El concierto, entre pogo y pogo, se convertía por momentos en un ritual de hermanamiento, con el público entrelazando sus manos y haciéndose uno. «Outro», tema final, terminó por demostrarlo.
Tras la merecida pausa, Los Nastys tomaban las riendas de la demencia. El alcohol empezaba a hacer efecto y los movimientos y arreones del público ya eran incontrolables. Los Nastys presentaban su nuevo EP, La Isla de Los Cuadrados Mágicos, una amalgama de 5 temas más psicodélica y garagera que nunca. Los tiros seguían potentes y directos y Madrid despertaba de su cementerio particular durante unas horas. La gente volaba (literalmente).
El concierto finalizaba con la unión de las dos bandas en un súpergrupo al más puro estilo «With A Little Help From My Friends».
Pero ya se sabe, una imagen expresa infinitamente más que mil palabras, y en esta ocasión las fotos hablan por sí solas.
