Por El Indigente.
No estamos ante una película, ni ante un mero documental, sino ante la mirada introspectiva del propio David Bowie, músico, escritor, actor, pintor, filósofo, esa estrella, rompedora brillante y estrafalaria (la película empieza con imágenes de estrellas en el universo y se cierra con un regalo, su obra póstuma, “Blackstar”, y música e imágenes de “Lazarus”).
Maravillosa obra de arte (única hasta ahora aceptada por los herederos de Bowie), creada y diseñada por otro gran artista, Brett Morgen, director, guionista, montador y productor, quien la ha pulido eligiendo entre cinco millones de documentos durante más cuatro años (grabaciones, entrevistas, dibujos, películas, diarios), y su originalidad está en que el único protagonista es Bowie, nada de otras personas hablando de él, nada de familiares disertando de quien era o lo que sentía, él y nada más que él contestando y ridiculizando a los tradicionales entrevistadores ingleses y sus fútiles preguntas sobre sexo y la forma de vestir. Y Bowie, nihilista, nos introduce en su mundo interior a través de las distintas épocas de su creatividad, reproducidas en sus álbumes y sus cambios de estilo musical.
Y como no, todo comienza en la primera época entre su “Space Odity” y el “Hunky Dory” y su “Life on Mars” (video incluido en el documental), glam rock puro, imágenes inéditas de los años 70, bolos en directo, fans chillando, Bowie en actitud provocadora, vestido de andrógino. Sigue el documental con Bowie en Berlín (allí, aunque no se cuente, vivió con Iggy Pop), con la colaboración expresa del hoy mítico Brian Eno, quien coproduce otra de las obras cumbres, Heroes. Da un salto la película para mostrarnos la época de Bowie en Estados Unidos, Nueva York (en donde actúa como protagonista en la obra de Broadway “El hombre elefante”), y Los Ángeles (ciudad que Bowie desprecia), con la edición del álbum “Never let you down” e imágenes de la gira The Glass Spider Tour, en la que colaboró Peter Frampton (recordatorio, Madrid, Estadio Vicente Calderón, 6 de julio de 1987, allí estuvo quien suscribe, colocado en un espacio teatral-musical místico, entre arañas colgadas del escenario con “Lady Stardust” y el “Rock n Roll Suicide”).
Entrada del concierto del The Glass Spider Tour de David Bowie en Madrid en 1987
El documental da otro salto a la época (1989-1991), cuando Bowie forma el grupo Time Machine, compone el LP del mismo título e inicia otra gira, criticada por algún sector por considerarla en exceso comercial y entonces Bowie da rienda suelta a lo que el mismo llama el caos que domina el mundo en los años 90 y compone dos álbumes totalmente distintos e innovadores, pura música electrónica y estridente, “Outside” y “Earthling”, auténtico giro en su creatividad musical (David Linch la aprovecha para la banda sonora de alguna de sus películas). Y el telón se baja con su réquiem, “Blackstar”, “look at me, I’m in heaven, I`ve got scars that can’t be seen…”
La película es un calidoscopio, mezcla de imágenes y música de fondo y en directo, todas de la creación Bowie, seleccionadas por su productor, Toni Visconty, figura trascendental del glam rock (productor no solo de Bowie, también de T.Rex, Roxy Music, Queen, entre otros), adornada con efectos especiales psicodélicos y las distintas pinturas del propio Bowie y otros autores del expresionismo alemán, incluso de Picasso.
MOONAGE DAYDREAM que da título a la película, es la tercera canción de la cara A del indescriptible “La ascendencia y caída de Ziggy Stardust y las arañas de Marte”, que empieza con el grito de Bowie …“I’m alligator…”.