Por Isabel Turel
M. Night Shyamalan (El sexto sentido, El protegido, Señales, Múltiple) está de vuelta con Llaman a la puerta, su nueva película, y el suspense psicológico y apocalíptico que tanto le caracteriza.
Basada en la novela del 2018 «La cabaña del fin del mundo«, de Paul G. Tremblay, Llaman a la puerta cuenta con un reparto liderado por Dave Bautista, Jonathan Graff, Ruper Gaint, Ben Aldridge, Abby Quinn, Kristen Cui, Nikki Amuka Bird o William Ragsdade y narra la historia de una pareja (Andrew y Eric) y su hija adoptiva (Wen) que se dispone a pasar unas vacaciones en una cabaña aislada en el bosque, cerca de un lago. Un plan a priori muy idílico. De improviso aparecen 4 desconocidos armados que secuestran a la familia y les obligan a tomar una drástica e imposible decisión: el mundo se destruirá a no ser que den algo a cambio, uno de ellos debe matar a otro miembro de su familia.
Sin conexión con el mundo exterior, transcurren unas horas angustiosas en las que deberán tomar una decisión para evitar el caos y la devastación total del mundo. Con un reparto reducido y un único escenario, la película produce un sentimiento inquietante. Sorprende a cada paso con la deriva de los acontecimientos, que hacen dudar a sus protagonistas de su sistema de creencias e ideas preconcebidas.
A lo largo del film se producen varios flashback sobre la relación de los protagonistas y el amor que sienten por su hija adoptiva. Durante sus 100 minutos de proyección la película mantiene en tensión al espectador.
En la película destaca la interpretación de la pequeña Wen (Kristen Cui) y Bel Aldridge (uno de los padres de la niña), y en ella Shyamalan retoma varias de sus obsesiones existenciales respecto al estado de la humanidad. Sin ser una de sus mejores películas, consigue ser emocionante con un mensaje que deberá valorar el espectador.
Tráiler de Llaman a la puerta