Mañana toca madrugar y ya está bien entrada la noche, pero no puedo, me niego a acostarme con esto en la cabeza, maldita sea, no. «Me arde» que diría Calamaro.
De un tiempo a esta parte vengo observando un comportamiento que me irrita profundamente. Hablo de esa tendencia que muchos usan al escribir, consistente en tirar piedras sobre nuestro propio tejado, recurriendo a tópicos, generalizaciones obsoletas (si es que algún día fueron ciertas) y clichés acerca de nosotros, los tíos.
Que si somos todos unos cabrones, que no las hacemos el suficiente caso, que no las tratamos como merecen, que qué burros somos. Oye. Pues no. No. Esto qué es, ¿Para pelotearlas infamemente? ¿Para ligar? De verdad que no creo que el tipo que lo escribe se sienta identificado con nada de ello, parece una simple muletilla, un recurso de entrada para que bajen la guardia.
Los tíos que yo conozco no son así, los tíos que yo conozco intentan hacerlas reír, son educados, las invitan, las bailan un poquito el agua (lo justo) y venderían a su abuela porque les hicieran el caso que ellos las hacen.
Claro que hay capullos y claro que todos hemos cabroneado alguna vez, pero ¿Acaso ellas no? Pues eso, que ya basta de disculparse en nombre de todos, discúlpate por ti si quieres, memo.
Vale, me he puesto un poco intenso lo admito, basta ya de crochés y hablemos de lo que realmente nos ocupa y da nombre a la entrada, «El síndrome de Ted Mosby (A edad temprana)»
Es un fenómeno que vengo tanteando últimamente y del que me apetecía escribir. El nombre ya lo habrán usado otros tantos, pero este planteamiento es propio, lo juro por Wake and Listen.
A todos os sonará y os haréis una idea aproximada de qué va el asunto. Lo verdaderamente curioso es ver cómo tíos de veintipocos van cayendo en las redes del sentimiento Ted Mosbyliano, que viene siendo básicamente lo siguiente: desesperarse al ver que la chica acertada no llega.
Si eres un soltero arquitecto treintilargo de Nueva York, que ve cómo todos los de su alrededor van haciendo sus vidas, puede ser comprensible.
Lo curioso del tema es que nada más lejos de la realidad, nosotros tenemos veintipocos y nuestros colegas con novia son unos moñas con los días contados.
Si el tito Ted hubiera empezado con esas neuras a nuestra edad no habría existido serie, se hubiera volado la cabeza mucho antes de empezar.
Pero aún así, erre que erre, si es que somos iguales, nada funciona, si es que qué cagada, si es que todas las buenas están cogidas, si es que, si es que, bla-bla-bla.
Yo «de mayor» lo que quiero contar es que conocí a un montón de chicas interesantes, que la mitad no me hicieron ni caso pero que unas cuantas sí. Yo de mayor quiero contar que hice el ridículo varias veces y que una vez me caí de barbilla. Yo de mayor quiero saber que lo que tengo es lo mejor que he tenido, y para eso, la experiencia es un plus. Yo de mayor quiero reirme hablando con mis amigos de cuando Menganito decía que Fulanita era la definitiva y acabó con un tal Óscar 20 años mayor, calvo y con barriga.
En definitiva, no hay prisa amigos, si os da envidia ese tío listillo que no para de pillar pensad que probablemente tenga gonorrea y no lo sepa, o si.
The road is life que decía Kerouac, y como el orden de los factores no altera el producto, Life is the road. Así que a disfrutarlo y cero agobios, si no siempre habrá conventos suficientes para todos, que me comenta Benedicto que se está guay.
De paso agradeceros pasaros por aquí y que con cada me gusta se envía una Alessandra Ambrossio al lector.
No en serio, «Enterlude» de corazón
Y como diría el citado Ted
«If you´re not scared, you´re not taking a chance. And if you are not taking a chance, then what the hell are you doing?»
un saludo,
By @cubesp