Marzo. Once de la noche de un miércoles cualquiera. El invierno toca a su fin, la primavera llama a la puerta pero el frío inunda las calles del centro de la capital. Las familias ven la tele en sus casas, toman el postre, descansan. Se irán a dormir en breve, y mañana madrugarán. Se levantarán temprano, desayunarán, se
ducharán e irán al trabajo. Pero nosotros no. Tocan The Coup en la Sala El Sol de Jardines. Y allí nos vamos.
El miedo nos acompaña. La poli secreta acecha. Es ilegal tomarse una cerveza charlando de tranquis. A diez metros una decena de mujeres ejercen la prostitución en Montera. Pero sabemos que el peligro lo corremos nosotros. Así es Madrid. Así es España.
Entramos en la sala. Siguen los teloneros, se alarga la hora de comienzo. Es tarde, mañana madrugamos. Mañana nos levantaremos temprano, desayunaremos, nos ducharemos e iremos a trabajar. Salen The Coup. Tienen flow. Tienen ritmo. Se aceleran. Lo petan. Nos recuerdan a Rage Against The Machine. Ellos son californianos, pero defienden los derechos de los trabajadores en España. Se prohíbe beber Coca-Cola en la sala. Solo Estrella Galicia. Nos vale. Nos basta. Nos gusta. Lo siguen petando y cuando nos damos cuenta se ha acabado. Satisfechos, nos vamos. Pero hay algo seguro, y es que volveremos. Al ruso, a la calle, a la Sala Sol, a The Coup, a vivir. Así es Madrid. Así es España. Así somos.
Crónica y fotos by Peter Glez.