her little donkey

By Pilar Cachón

El festival BIS reunió un año más a los amantes de la música independiente barcelonesa, con un encuentro más popero que nunca en el Espai Jove Les basses.

Her Little Donkey arrancó el BIS Nit apostando por sonidos dream-pop con toques de melancolía, seguidos de Polseguera, que aportaron algo de oscuridad post-punk muy bien equilibrada con ritmos traídos de los 80. Ya metidos en materia, con tiempo para recargar cerveza y mordisquear nutritivos trozos de pizza, era el turno de Doble Pletina. Nada mejor que el quinteto barcelonés para seguir alimentándonos de melodías que siempre ablandan los ventrículos e inspiran a dejarse balancear al compás del sintetizador. Sin lugar a dudas, dieron los momentos más tiernos del evento y nos hicieron recordar la esencia del BIS.

A pesar de que la banda catalana dejó un regusto de paz, la quietud se quebró en cuanto Murciano Total puso un pie en el escenario. La electrónica inundó la pista y los sonidos más eclécticos de la noche nos hicieron bailar fuerte con acordes al más puro estilo New Order. Un repertorio que se vio potenciado a su favor por las proyecciones que invitaron a un viaje sideral espontáneo. Finalizado el trayecto por el espacio, la elegancia madrileña se apoderó del lugar y lo hizo reflejada en Rusos Blancos, quienes suministraron altas dosis de autoestima frente al desamor y un arcoíris polifónico iluminó a los devotos que entonaban sus temas. Exhaustos y felices tras el zapateo, los chicos de la banda dejaron claro una vez más de que en la capital también se cuecen buenos pucheros de pop.

Y para cerrar tal jugoso festín, el colorímetro alcanzó el punto más alto con Papa Topo, que tampoco defraudaron al público con su propuesta heterogénea y bailable, sin poder evitar acordarnos de Guille Milkyway y su correspondiente carga emotiva. De esta manera tan fresca y bonita, el BIS retorna haciéndose un imprescindible en la escena del indie, y dados los resultados, vaticinamos que perdurará en el tiempo y en los tiempos.