Por Guillermo Jurado
Arlo Parks presentó su disco de debut, Collapsed in Sunbeams, en una no muy concurrida sala La Riviera debido al cambio de ubicación tras su sold out en la sala MON.
Las expectativas eran altas. La británica llegaba a Madrid tras haber ganado el Mercury Prize (como ya hicieron alt-J, the xx o James Blake), un premio Brit a mejor nueva artista, y dos nominaciones a los Grammys.
Con una energía que aguantó durante todo el concierto, Arlo apareció en un escenario adornado con flores al ritmo de “Hurt”. Buscando esa intimidad y complicidad con el público que le caracteriza, presentó todas sus canciones y bromeó con los asistentes, incluso invitando a corear con ella el estribillo de “Caroline”, sin duda uno de los puntos altos de la noche, junto a sus canciones más reconocidas, “Eugene” y “Black Dog”.
En su setlist hubo también cabida para sus canciones más antiguas. Durante la noche sonaron “Cola”, la primera canción que sacó de manera profesional, “Angel’s Song” y “Sophie”, cerrando incluso con “Super Sad Generation”, para sorpresa de los asistentes.
Arlo Parks, una progresión imparable
Desde luego, la cantante de 21 años se ha ganado a pulso la etiqueta de promesa musical. Y no es raro que entre sus fans estén artistas como Billie Eilish, Phoebe Bridgers o Clairo, quien además colabora en su canción “Green Eyes”.
Un concierto sosegado, íntimo y algo corto (no llegó a la hora), pero lleno de sentimiento y buen rollo del que fue imposible salir sin una sonrisa en la cara.
Ya estamos pensando en que podremos volver a verla el año que viene en la quinta jornada del Mad Cool Festival 2022, junto a Jack White, Easy Life o Nathy Peluso.