Por May Fraser

Hablar de Abbey Road no sólo es mencionar al paso de cebra más famoso y fotografiado del mundo ni a uno de los mejores álbumes de la discografía de los Beatles, sino también al espacio donde se compusieron algunas de las melodías más determinantes de la historia.

El pasado 16 de diciembre se estrenó en la plataforma de streaming Disney+ el documental Abbey Road: If These Walls Could Sing, pero no fue hasta este 6 de enero cuando se pudo visualizar en España bajo el título Abbey Road: Si Las Paredes Cantasen. El documental, dirigido por la fotógrafa Mary McCartney, revela la historia del estudio donde se grabaron discos tan míticos como The Dark Side Of The Moon de Pink Floyd, Pablo Honey de Radiohead, Born This Way de Lady Gaga o Dig Out Your Soul de Oasis.

Desde su creación bajo el nombre de EMI Recording Studios en 1931, en el edificio comenzaron a grabarse piezas orquestales y sinfonías, aunque se fue adaptando a diferentes estilos como el jazz, el rock and roll y el pop a lo largo de los años.

A través de los testimonios de grandes artistas como Cliff Richard, Paul McCartney, Tony Hicks o Roger Waters, el espectador va descubriendo cómo pasó a ser un espacio emblemático para los grandes grupos de los años 60 y 70. Mary McCartney, hija del ex Beatle, recorre la historia del estudio desde su inauguración hasta la actualidad, mostrando anécdotas que definieron las grabaciones de los álbumes.

Una de las grandes sorpresas del documental es cuando Elton John relata cómo, todavía bajo el nombre de Reg Dwight, le contrataron como pianista para participar en la grabación del tema He Ain’t Heavy, He’s My Brother de la banda The Hollies. Cuando aparece en pantalla Jimmy Page, deja a un lado a su banda Led Zeppelin para contar cómo fue músico de sesión en la grabación de Goldfinger para la película de James Bond como guitarrista.

La historia del estudio está íntimamente ligada con la historia de los Beatles, y así lo demuestra el documental al centrar parte de su metraje en la banda y su impecable productor, George Martin. Utilizando grabaciones en off del productor y los testimonios de su hijo y también productor de Abbey Road, Giles Martin, se descubre cómo los Fab Four llegaron a ser la banda más icónica de los años 60 y de la historia popular.

 

La experimentación musical que ocurría dentro de sus paredes no sólo afectó a la banda de Liverpool, sino también a otro grupo mítico que comenzaba sus andaduras. Pink Floyd grababa en un estudio mientras los Beatles se encontraban en otro, y de ese edificio salieron los álbumes de la banda, tanto con Syd Barret como con David Gilmour, quien menciona cómo llegó a formar parte de la formación y cómo se ejecutó la composición y grabación del mítico álbum The Dark Side Of The Moon.

Pero no sólo se grababan discos de rock en Abbey Road. El Concierto para Violoncelo de Edward Elgar interpretado por Jacqueline du Pré y la Orquesta Sinfónica de Londres de 1965 o el afrobeat encarnado por Fela Kuti y The Africa ’70 con la colaboración especial de Ginger Baker también tuvieron sitio en el número 3 de la calle Abbey en el distrito de St John’s Wood de Londres.

A lo largo de los años 80, la fama del estudio empieza a decaer, por lo que se decide apostar también por la grabación de bandas sonoras. El estudio 2 de Abbey Road ha sido aprovechado desde entonces por el gran John Williams, desde Indiana Jones hasta Star Wars a lo largo de las décadas. Una actividad que se sigue realizando en la actualidad con la composición de otras bandas sonoras para cine y videojuegos.

Los hermanos Gallagher de Oasis vuelven a contradecirse entre ellos mismos al mencionar una supuesta fiesta que se llevó a cabo dentro del estudio durante la grabación de Dig Out Your Soul. Mientras que Noel confirma que les llegaron a echar de las instalaciones por el ruido de la fiesta, es Liam quien desmiente que esa fiesta se llegase siquiera a celebrar.

A pesar del intento de Mary McCartney de homenajear la que considera su segunda casa, se siente un documental incompleto al dejar fuera los testimonios e historias de otros artistas y grupos que han grabado en el mítico estudio, como Blur, Florence+The Machine, Radiohead, Adele, Lily Allen, Mike Oldfield, Duran Duran o The Alan Parsons Project.

Es lógico que, a lo largo de una hora y media, es prácticamente imposible dar espacio a tantos artistas y músicos que han usado las instalaciones del estudio, pero el documental pierde parte de ese tiempo al centrarse en relatar historia de los Beatles ajena al propio estudio, como la muerte de su manager, Brian Epstein. Curiosamente, y a pesar de que la trayectoria profesional en solitario de su padre sigue ligada a los estudios, se echa de menos un espacio dedicado al grupo Wings, al igual que a otras bandas sonoras no compuestas por Williams, como Braveheart, Notting Hill, El Señor de los Anillos o Las Crónicas de Narnia.

Abbey Road: Si Las Paredes Cantasen es una demostración del amor que profesa todo aquel que pisa, compone y graba en los estudios de Abbey Road. Un espacio cuyos pasillos y paredes están llenos de anécdotas, melodías y composiciones que han inspirado y siguen inspirando a todo aquel que tiene el honor de llegar a encontrarse en ese espacio tan mágico.

Póster de Abbey Road: Si Las Paredes Cantasen

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