Tras una larga travesía desde diferentes partes de España, nos juntamos en Zaragoza para ir a Barbastro.
Barbastro es un pueblo del que podríamos destacar su vino y la gente tan simpática que vive allí. Llevan 12 años haciendo el PolifoniK Sound y este año era el primero que asistimos. Con unas expectativas de “a ver qué tal, es una buena excusa para juntarnos” se ha convertido en una cita clave para el año que viene.
El cartel antes del festival ya nos gustaba, el indie español es nuestra debilidad y no somos muy de hacernos los duros con la música. Cualquier excusa era buena y esta, encima, nos flipaba.
CONCIERTOS VIERNES
El favorito: Viva Suecia. Ya tienen un buen directo de por sí y estrenaron nueva incorporación: R. Cominero (de Rufus T. Firefly) en los teclados. Gritamos con “Piedad”, un clásico para empezar sus conciertos, y a partir de ahí todo fue rodado. Himnos, potencia y disfrute.
La sorpresa: Tu Otra Bonita. Ya los habíamos visto en alguna ocasión y en el Sansan fail 2019 se marcó un acústico en un bar a falta de festival. Son el buenrrollismo de grupo, superando problemas técnicos con gracia y animando mucho el festival. Apuntado, no perdérselos de aquí en adelante.
El que nunca falla: Zahara. Emoción mezclada con baile. Poco se puede decir de la voz de esta chica para lo mucho que es. Puesta en escena currada y ella, maravilla.
SÁBADO – VERMUT EN EL PUEBLO
Ruta de cañas y como si fuera algo improvisado, Sidonie pinchando. Divertidos, temazos non stop y muchas risas. Después llegó el turno de los zaragozanos Alex Curreya y Javier Idoipe que se marcaron una sesión muy bailable junto con Luis Ventura.
CONCIERTOS SÁBADO
El favorito: Carolina Durante. Ya no son los niños de «Cayetano». Son unos tipos con personalidad, rabia y ganas de seguir comiéndose el mundo. Nuevos temas, sin perder esencia y desbordando pasión en cada letra.
La sorpresa: Cupido. No había tenido oportunidad de verlos antes en directo y, sí, lo dieron todo. Estallaron el festival con sus temas más conocidos «No sabes mentir» y «Autoestima».
El que nunca falla: Second. Intensidad y sentimentalismo que funciona en el escenario. Es el concierto de cualquier festival que no quieres que te pille en la barra.
Un festival con espacio para bailar, sin agobios, con público respetuoso y entregado al mismo tiempo. Ojalá no se vuelva “el típico festival” y conserve la esencia que nos ha parecido especial. Amor al Polifonik.
