En ocasiones vuelves de un concierto deseoso de escribir la crónica, las ideas se te agolpan en la cabeza y necesitas un teclado al frente para no dejar escapar ninguna, ningún detalle o recuerdo importante que plasmar en plabras.
Pues bien, el concierto de The Lumineers no fue una de esas ocasiones, fue el Guti de los conciertos, prometía magia emoción y talento pero se quedó en eso, en una promesa. La vitalidad y energía que parecen desprender únicamente quedó plasmada en leves chispazos del concierto, no fue ni mucho menos regular en la hora y pico de duración que incluso se hizo larga para algunos.
Si bien el sonido y la interpretación de las canciones era buena, fiel al sonido del disco, con buenas voces y acompañamiento instrumental notable, sí que se le podría pedir más a la banda, mayor duración de sus hits, más interacción con el público, más énfasis en los coros…
Sorprendió ver cómo la mayoría de sus temas más conocidos iban siendo interpretados al arranque de la actuación. Con el horno aún sin calentar, quizás muchos esperábamos su archiconocido Ho Hey para un momento algo más adelantado o épico de la velada.
Aun así, se vivieron buenos momentos durante las grandes «Flowers in your hair» «Stubborn Love» «Charlie Boy» o la grandiosa «Dead Sea» tras el bis.
Haciéndoles justicia decir que gran parte de sus canciones no son idóneas para venirse tan arriba como con el repertorio de otras bandas de directo más potente. También comentar que nos encontramos ante un grupo relativamente joven que seguro irá incrementando su brillante repertorio, y con él puliendo su directo.
Las expectativas juegan un papel fundamental en nuestras opiniones y percepciones, para bien o para mal, con The Lumineers estaban muy altas.
