La Sala Gran Café esperaba con gran expectación la salida de Sex Museum al escenario. Apenas cabía un alfiler, y la coletilla del sold out empezaba a volar por el ambiente. Muchas generaciones diferentes se habían reunido para el concierto. En esta ocasión había de todo: Rockeros veteranos que acudían con su camiseta oficial, jóvenes curiosos por experimentar el ambiente de Malasaña en los 90, e incluso algún que otro mod que suele frecuentar nuestro querido Purple Weekend.

Bastaron unos pocos minutos de actuación para darse cuenta que la esencia de los Sex Museum estaba ahí: Los limpios riffs de guitarra de Fernando Pardo (que comentaba que quería sonar a The Who con su guitarra), la profundidad de los teclados de Marta Ruiz, o los perfectos ritmos sincronizados de Loza (quien protagonizó gran parte de los chascarrillos del grupo). Ese hard rock con tintes psicodélicos de vez en cuando extendía sus outros y se gustaba sobre las tablas.

Su último trabajo, «Musseexum«, tomó una buena parte del protagonismo dentro de la primera parte su Setlist, mientras que en la segunda mitad se dejaron ver algunos de sus temas más míticos. Cerca de una hora y media de duración en la que se revivieron algunos momentos noventeros que se seguían sintiendo bien cercanos.

By : Daniel Santamaría