Todo buen melómano debería tener por costumbre el mirar más a nuestro país en vez de al otro lado del mar, y sumergirse de vez en cuando para probar con esas bandas que se mueven bajo el alud de propuestas extranjeras, ajenas a la mirada de grandes sellos y discográficas (por el momento). Así se hacen grandes descubrimientos, como el que nosotros hicimos en el concierto de Penny Necklace el pasado martes en Costello.
Ellas son un grupo madrileño, que en un principio parece encajar bajo la etiqueta de folk con cantautora que tanto se estila últimamente en nuestro país. Pero Penny Necklace es mucho más que eso. Lo que queda patente después de comprobar lo bien que canta Odette, su vocalista, es el grupazo que hay detrás y la variedad de géneros y estéticas que abarca su sonido. Una diferencia respecto a lo repetitivo y ajado de otras propuestas.
El concierto tuvo unos inicios puramente folk, con Odette acompañada de bombo y guitarra, además de su acústica. Una simplicidad que no ahorro en matices, como debe ser el buen folk. Aún así deseábamos que irrumpiese la batería, y la incorporación de la bajista, para empezar a escuchar de verdad, lo que era la singular contundencia de Penny Necklace en directo.
Y en efecto la cosa cambia cuando entran en escena los instrumentos. Ya lo avisaban ellas, y el breve tema «Song to the Sun» bastó para comprobarlo. Ahí quedó claro que no era el típico concierto de “cantautora acompañada por banda para su directo”. Y es que aunque la voz es una de las bazas de Penny, y lo primero que suele captar la atención, son los instrumentos los que le dan una magnitud superior que alcanza la épica. Todo en una ejecución perfeccionista, envidiable de una banda de tan joven trayectoria.
También demostraron tener personalidad y abundancia de recursos a la hora de componer, a lo largo de un concierto con arranques emotivos, una versión del «Skinny Love» de Bon Iver digna y emocionante (dificil a priori), intensas reminiscencias grunge, y hasta temas de ukelele que no caían en la inopia y lo insulso.
Temas como «The Wall Staring At Me» ganan mucho en directo, cuando más se desmelenan y más categóricas se ponen. Además de presentar un futuro interesante, si siguen desarrollando estos sonidos. También nos encanta «Being a Mother» y su estremecedor potencial, además de que tenga estructuras pop sin ser insípido.
Fuimos testigos de la demostración de que Penny Necklace tiene muchas y brillantes facetas, como la portada de su último álbum, cuyo link encontrareis aquí. Disfrutadlo.
Crónica y Fotos by Fernando de Torres Valentí
Nos falta la foto de la guapérrima Diana Erenas, guitarra de Penny Necklace. En el próximo bolo no falla.
Preciosas palabras, muchas gracias! 🙂