Mulafest, ese (más que un) festival madrileño, ese evento que recoge multitud de disciplinas y que se alarga durante cuatro días. Nos habría encantado vivir todas las actividades que lo rodean pero acudimos a ese arte que suele ocupar la mayor parte de nuestras vidas: la música.
El viernes, la apretada agenda nos hizo llegar después de Rhye, una pena que se hizo leve ya que el festival nos recibía con Jon Hopkins, uno de los grandes nombres del festival. Había grandes expectativas puestas en él y fueron colmadas con creces gracias a una sesión llena de las emotivas atmósferas que sabe capturar, pero con una contundecia arrebatada que encendía al publico cada pocos minutos. El ingles debió de pasar un buen rato. Dio un poco de todo, explayándose con los pads y dejando también tiempo a temas mas introspectivos acompañados de fantásticos visuales.
Continuaría otro John, esta vez con «h» intercalada , producto nacional y de apellido Talabot, que se introdujo en una sesión mas minimalista y centrada en el detalle. Aquellos que esperaban “subidones” mas convencionales tuvieron que conformarse con esta delicatessen, más enfocada al concepto habitual de cualquier inquilino de Hivern Discs.
Entre tanto, nos dio tiempo a pasar a ver a los amigos de Undermad, que en un back to back a tres bandas estaban liando una buena a base de mezclar una regalía de temas bien escogidos que saltaban entre décadas. Asi disfrutamos la que seria nuestra zona predilecta del festival, una playa importada, oasis entre el cemento de IFEMA, en la que todo sonaba mejor y que también tenia buenos espacios para rebajar recostado los achaques del festivalero.
De ahí a 2 Many Dj’s dj set, con sus mezclas las a piñón fijo sin discriminar géneros de siempre, pero con unos temas algo trillados. Aunque en algunos casos como en «Lotus» de Mumbai Science se perdone y quede aún más perdonado gracias a guiños de esos que ganan al publico de calle como hacer sonar al mismísimo Chimo Bayo.
El cierre y la primera madrugona vino de la mano de Optimo, que a pesar de heredar un publico algo amansado a esas horas (y con razón), supo arrancarle a la noche los últimos momentos de exaltación, y remato con «Angel of Death» de Slayer.
Al día siguiente, sábado, decidimos dejar colgada la cámara hasta más tarde y perdernos entre los múltiples stands y propuestas del Mulafest de día. Una experiencia más que recomendable.Luego llegaría el set de Mount Kimbie y había que prepararse.
Fue lo esperado, quizás demasiado, perdiéndose entre texturas y revoloteando entre géneros sin terminar de embestir al publico. Al final acabó enganchando con el «Spastik» de Richie Hawtin para introducir su celebradísimo «Made to Stray», de ahí al disco y a un remix perfecto de Rhye. Una pena que volviese a cambiar bruscamente al hip hop. En un principio sorprendió gratamente pero quizás alargarlo tanto hizo su cierre algo insípido.
Mulafest 2015 llegaba a su final. Su objetivo, más allá de proporcionar un par de noches de buena electrónica, se centró en crear un sentimiento de arraigo a una cultura joven, sin miedo y capaz de superar cualquier reto. Y año a año, paso a paso, lo va consiguiendo.
