Eran tres y fue en un lugar tan silencioso y tranquilo como a pocos metros de la catedral: Bar Gran Café, donde que hemos podido disfrutar de conciertos íntimos como el de La Bien Querida en acústico hace unos meses.
Poco a poco, tímidamente, el público comenzaba a entrar en el local y dirigirse hacia la barra para esperar lo que sería un gran y potente contraste.
Casi a las once, los gallegos suben al escenario. Portan dos guitarras que aúllan y nos gritan sin cesar, mientras una batería marca el ritmo. Los primeros minutos suenan cercanos al shoegaze noventero, con melodías muy potentes que se clavan en nuestro esternón, y una voz que permanece alejada, distante, ejerciendo como un instrumento más.
Según se suceden las canciones, hay tiempo para momentos de teclado más experimentales, que aportan variedad rítmica y sonora. Hasta rescataron algún tema de su primer LP, Nihil Obstat.
Cuando estábamos alcanzando la hora de concierto y el público comenzaba a bajar los brazos y relajarse, Disco Las Palmeras! se despidieron con el combo estrella de Asfixia, su nuevo trabajo. “Tarde Y Mal” (que suena muchísimo mejor en directo), fue la primera en golpear y consiguió volver a meter de lleno a todo el mundo en el show. Con “Cállate La Boca” se despidieron de manera rabiosa, esa rabia que ha conseguido que se hable de ellos y que se conviertan en una buena alternativa para una fría noche como la del jueves.