La felicidad que expanden Joan y Aleix con su batería, su guitarra y su voz (aunque en vivo y en directo demuestran que tres instrumentos son suficientes para hacer vibrar, en esta grabación también entran en juego saxo, trombón, trompeta y fiscornio), es indiscutible. Sus ritmos se entremezclan en canciones llenas de amor. Un amor que se intuye en las letras de Aleix, culpable en este caso de todas las del álbum, menos una: ‘La importancia de jugar al baloncesto‘, escrita por Joan. Un amor que te hace querer llegar a casa para sentarte a escuchar y recordar. De alguna manera, este Balanceo de momentos, sensaciones y personas es capaz de trasladar, mediante lo que se intuye que fueron vivencias ajenas, a las propias. Uno de los sellos de identidad de Cala Vento es precisamente ese, la capacidad de hablar de distancias, nostalgia o pérdida con un tono de energía y optimismo. De tal forma que parece que la ansiedad de echar de menos no está reñida con saltar, gritar y bailar. Así, frases como “Diu que quiero tus cosas, que vengas y que vuelvas. Te necesito para hacer otra canción” conviven en una misma estrofa con “seamos detallistas, ganaremos algo de color” o “imaginar qué será de ti si sigues conmigo como yo te sigo a ti”. Esperanza y cambio dentro del regodeo de la tristeza.
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Pero no es amor todo lo que reluce en este nuevo álbum de los de l’Empordà. Su reafirmación en el pop trae consigo otros nuevos temas como la política. Mentiras, confort, entretenimiento, organización, rehén, difusión… O la directa mención a Morbix, son claros ejemplos de una reflexión: ¿quién gana aquí, el sistema o la música? Es fácil hoy en día olvidarse de la calidad para rendirse al reconocimiento del mercado. ¿Hasta qué punto hemos llegado? Uno, quizás, en el que la imagen y los contactos priman sobre el arte de la música y de crear como exhibición en lugar de pasión. Como ellos mismos exponen en ‘Solo ante el peligro’: “lo que hemos hecho hasta ahora lo podéis pasar por la trituradora, pero aquí seguirá para siempre aunque os duela”.
Los que seguro que no trituran los temas del dúo catalán son todos aquellos que el pasado 10 de abril coreaban en Madrid las canciones recién aprendidas del nuevo álbum. “Si te pierdes, solo voy a pedir que me recuerdes”. Algo tienen que estar haciendo bien con su estrenado también sello, Montgrí.
Destacamos
«Fin de ciclo»
«Solo ante el peligro»
Puntuación
Reseña by Irene Naranjo
Fotografías by Carla Ferrería