PorDimas P.L.

Llegando al Teatro Lara, lugar del evento, recordé a un seguidor de mis crónicas en esta revista. Me alentaba a asistir a un concierto de Taburete porque quería leer como los destrozaba con mi afilada pluma. Ahí, a lo Michi Panero. Directo a la yugular con el plumín. Bueno, veamos, qué tal fue el otro día con los susodichos.

Seguramente podría enumerar una lista de estereotipos que rodean a la banda y su público y que haría las delicias de mi seguidor. Pero eso sería lo fácil. Es verdad que en la entrada del local no paraba de señalar duplas repeinadas y patrocinadas por Scalpers y decirle a mi cámara: “-¿Son esos? -Nope.” “¿Y esos? -¡Qué va!” “¡ESOS! -¡Que no, joder! Yo te aviso”. Me parecían todos iguales.

Las localidades no podían ser mejores. Qué acogedor es ese p**o teatro. Y bonito. Huele a gallinero shakespereano. Y eso me gusta. Nos sentaron junto a la presentadora del evento, llegaban hasta mí los parpadeos de sus lentejuelas y los suspiros de satisfacción cuando hilaba a la perfección el estribillo. “Presentadora del evento”, sí. Porque este no es un concierto al uso de Taburete. Taburete solo es el reclamo para un acto de caridad navideño. Era un evento benéfico llevado a cabo por la Sociedad de San Vicente de Paúl. Tranquilos, retengan, sus aportaciones. Justo abajo les dedicaré un espacio a ellos y a su labor indispensable. Si consigo que por lo menos algún lector de esta revista haga una buena acción restaré años de pena a mi medida condena en el infierno.

Evidentemente, como narrador de crónicas de claro origen punk grunge cool no caso muy bien con el rollito de Taburete. Aun así me quedo con lo bueno y os hablaré de temas que pasarán a engordar mis listas de Spotify dirigidas a tomar la última en casa con mujeres que me hayan dado previamente su consentimiento en las esmeriladas barras de Ponzano.

Belerofón es la primera canción que me llama la atención. ¿Por qué? Porque la reconozco. Le había pedido a mi chica que me pusiera algún tema conocido de la banda, aparte de la “casa de dron, la casa de dron, nos vamos a la casa de drooon!”. Tiene un comienzo muy Calamaro y parece que un verso con mucho punch para el público: “Esperando que abras las piernas y me dejes pasar”. Si pensabas que un foro que prejuzgas relacionado con la modosidad y el rosario no puede jalear una verdosidad así, estás muy equivocado. De mi fila casi saltan hacia la platea gritándolo.

taburete teatro lara

 

Las últimas flores. Cómo me sorprendió esta canción. Cómo podía hacer la banda una letra tan redonda y una melodía tan sensible como esta y luego, en otras, mostrarse tan cursi y a, a mi ver, desacertados. Me jode dejar que las comparen con el resto de canciones lentas de su repertorio. Esta brillaba sobre todas, con un aire de cantautora setentera española y un matiz canalla muy joaquinsabinero u antonioflorero. Con arranque flamenquito incluido.

Luego vino la arenga magnánima propia del artista invitado a este tipo de saraos. Que acabó con una referencia a lo distinto que es ir de gira por Latinoamérica, venían de allí, a esto, y a lo a gustico  que se está en un teatro rodeado de su gente. Willy iba a pasar una Navidad en familia después de mucho tiempo y se le veía ilusionado. Su madre, su mujer, y su padre, que llevaba un tiempo ausente, por lo que sea, también lo estaban. Al menos se les vio darlo todo durante el recital.

En mi cama. “Quiero terminar de temblar” me parece un verso tan bueno y acertado como regulera la rima “Que los días son tan azules/Que me gusta tocar las nubes”. Aun así es uno de los temas en los que coincidí más con el público y me demostró la potencia del cantante. Cantantes. El guitarra rítmica, Antón Carreño, también lo hace genial.

Walter Palmeras. Maravilloso tema. Sandunguero y con buena vibra. En su versión de estudio tienen ese ukelele que tanto le pega a la canción, tanto como unos buenos guitarreos eléctricos, que en el concierto, al ser acústico, no tuvimos. Una lástima, es la mar de susceptible esta canción para un buen pogo. Aun así la tocaron bastante más acelerada que en Tres Tequilas.

Quiero aprovechar para ensalzar no solo la voz de Willy, a la altura en todo momento, sino también la calidad del sonido del evento y la calidad de sus luces. Voz, sonido y luminotecnia encontraron la perfecta comunión en un tema tan curioso como 2018: Odisea en el Espacio.

Luego vino, para mí, la anécdota de la noche. Cuando Willy Bárcenas confundió un enfático y cariñoso “¡Artistas!” por parte del público con “¡Fascistas!”. Debió jugar con él, de una manera bastante hijoputesca, su reprimido subconsciente.    

Una mención más antes de cerrar el chiringuito e irnos a beber a casa de dron, casa de dron, casa de dron:  Amos del Piano Bar. Me parece no solo emblemática y superior en letra a muchas de la banda, también de una melancolía encantadora y adictiva. Muy digna para dejarla sonar mientras friegas los platos un domingo y rompes a llorar. ¿No os ha pasado?

 

¿Quién es el organismo oficial que estaba detrás de todo este cotarro?

Quedaos un momento más conmigo en el artículo si queréis salvar vuestra alma. Hablemos de la Sociedad San Vicente de Paúl. La Sociedad de San Vicente de Paúl es una organización internacional de carácter humanitario y benéfico social, formada por laicos y católicos que buscan el crecimiento personal y espiritual a través del servicio a los que más lo necesitan. 175 años. 800 mil socios. 1 millón y medio de voluntarios. Entre sus obras, la que nos interesa, el comedor social Santiago de Masarnau, Madrid, que cumple 25 años y quería celebrarlo como es debido: con un evento canónico de pop taburetil. Se lo merecen. El pasado año 2022 dieron como unas 40 mil comidas a peña sin recursos. Y no se quedan ahí. Prestan servicios médicos, orientación profesional, y talleres de todo tipo, a gente que lo necesita más que nadie. Si este próximo has decidido ser bueno, haz un donativo o colabora como voluntario.

Gracias a Juan Manuel Buergo Gómez, Presidente General Internacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl por hablarnos de su obra y la de sus compañeros. Siempre es un placer difundir este tipo de cosas».