Madrid tiene muchos puntos fuertes, decenas de planes culturales que hacer y cientos de edificios y museos que visitar. Pero a Madrid le falta algo: no puede presumir de playa. Ese pequeño fallo (o bendición) es la principal razón por la que durante los meses de julio y agosto, la mitad de los madrileños abandonan su ciudad en busca de ese mar tan anhelado. La actividad de la capital y los conciertos disminuyen, pero a partir de septiembre todo vuelve a la normalidad.
Es en este punto de la historia donde entran Magic Castles, una banda de Minnesota que suena a psicodelia celestial. Sí, celestial. Porque a Jason Edmonds, líder de la banda, y los suyos, algo tan terrenal como la playa se les queda pequeño. Ellos van a lo grande, en busca del cielo. Su música, incesantemente comparada con bandas como The Brian Jonestown Massacre, Spacemen 3 o The Velvet Underground, es la responsable de provocar un viaje infinito en el que resulta imposible no evadirte de tu propio cuerpo durante (como mínimo) la duración de su directo.
Llevan publicados dos álbumes de estudio y van a por el tercero, Starflower. que saldrá a la venta el 4 de septiembre. Estarán presentándolo a partir del 29 de agosto por toda Europa y 3 días antes de su publicación, el martes 1 de septiembre, actuarán en Madrid. Será en la sala Boite y estarán acompañados en el escenario por 10.000 Russos, sus «hermanos» portugueses. Ambos darán la mejor bienvenida al mes de septiembre e inaugurarán la nueva temporada de conciertos de la ciudad.
Prepárate para el viaje que esperabas.
Además, este será el prometedor debut como promotora de Octopussies, que se estrenan con el objetivo de ofrecer conciertos «que se incrusten en tu mente y no puedas olvidar».
