Por Dimas Pardo
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Si un prepúber catecúmeno o una abuelilla beata, totalmente desvinculados del panorama del rock nacional, vieran a estos dos juntos, en un banco, a la salida de la iglesia, probablemente, tras el respingo, les vendría a la cabeza la palabra “Expresidiario” y huirían, con pasos pequeños pero acelerados, en la otra dirección, agarrando muy fuerte su bolso y las monedas sueltas en el bolsillo. “Corre, niño, no les mires fijamente”.
Pero nada más lejos, cuando tienes el placer de cruzar un par de palabras, con los ya añejos, Kike Babas y Kutxi Romero, lo primero que quieres es que te presidan una boda gitana o te inviten, for free, a sus jaranas y moragas detrás del escenario. Quieres ser uno más en su dúo barriobajero pero altisonante, en su ronda extra de cicuta y tinto, en su camaradería de puesto de mercadillo y extraradio. Bien, pues para conseguirlo tienes que pasar un par de pruebas. Sencillas, a mi ver. Primera prueba: ser un instintivo melómano. Segunda: ser un famélico lector. Y cuando tienes esas dos, las salpicas, desde lo alto de un sofá fortachón, con el conjunto irreductible de sus obras. Es ahí, cuando sucede la magia arcana y puedes estrecharles la mano desde el alma, de tú a tú, brillando como ellos, a su son y sazón. Por que no son dioses lejanos, son tenderos y artesanos del arrabal, que esperan deseosos que leas su último libro “La Sangre al Río”, solo por el placer de tener a alguien, a la altura, para poderlo comentar en el más fresquito soportal.
La Sangre al Río es una obra epistolar que te llevará a una conversación mantenida entre ambos genios durante los más carismáticos y metálicos años del rock contemporáneo. ¿Quién no querría meterse de cabeza ahí? A escuchar la tonada de esas voces por escrito. Berrean como marinos, una vez en puerto, en busca de p**as y ron, como el público antes del show. Pronto querrás comentar, tener el email de ambos, para ofrecer una palabras más. Ser parte de esta historia, de barbas hirsutas y de manchas en el pantalón, de este rock arremulero y de esta poesía para pájaros y descerebrados. Por todo ello necesitas conseguir este libro.
La Sangre al Río ya está disponible en librerías