Pocas cosas molan más que empujar de su pedestal a iconos ensalzados y que caigan haciendo un gran estruendo. Cuanto más cariño le tengas, mejor.
Es como ausentarte un segundo de la piscina del Chiqui Park para pedirle agua a tu padre y descubrirle en la sombra del aparcamiento metiéndole mano a una de las taquilleras. Se te parte el corazón. Con lo que significaba para ti ese hombre que te enseñó a montar en bici y era capaz de ordenar los canales en la nueva smart TV…
Pues hoy en Wake haremos lo propio y te abofetearemos para que abras los ojos y veas lo verdaderamente chungos que eran las estrellas del rock de los 80/90. Pero no chungos en plan “Quemo la bandera confederada y reivindico mi libertad destrozando guitarras”, no. Chungo en plan “Coquetear en calzoncillos con tu hermana menor de edad que duerme entre sus brazos probablemente drogada”.
¡Allá vamos!
Estrellas del rock de los 80/90: ¿Genios musicales o delincuentes en serie?
Glam rock y juicios: Mötley Crüe
Si yo te digo: “Rock preocupantemente festivo de los 80”, ¿Tú me respondes? Eso es, “¡Mötley Crüe!”. Puro glam-metal eleangelino que vendió millones de copias con sus orgullosas historias de libertinaje, relaciones afectivas sumamente lascivas y drogofiestas donde algo salía o muy bien o muy mal.
En 1997, al final de un espectáculo en el America West Arena de Phoenix, invitaron, con la elegancia que los caracteriza, al público a subir al escenario. Los “cortarollos” de seguridad, temiendo lo peor, intentaron contener a la multitud, pero Nikki Sixx y Tommy Lee no estuvieron de acuerdo, por lo que “supuestamente” patearon, empujaron y escupieron al guardia Kenneth Lee Chambers.
*Evidentemente cientos de drogofans hiperestimulados por la energía glam lograron subir al escenario y causaron daños materiales considerables.
Lee recibió una multa de 800 dólares y una pena de 30 días en prisión. Sin embargo, gracias a un acuerdo de culpabilidad, esta condena se integró a la sentencia de seis meses que ya estaba cumpliendo por un caso previo de violencia doméstica contra su exesposa, Pamela Anderson.
*Sí, lector de Wake, puedes insertar aquí mentalmente el meme de qué agradable sujeto. Nosotros lo haríamos si tuviéramos fondos para pagar al Archivo de Memes Oficial de Los Simpson.
Por otro lado, Sixx aceptó los cargos sin oponerse, fue declarado culpable de agresión e incitación a disturbios, y recibió una sentencia de 30 días, la cual fue suspendida, además de ser puesto en libertad condicional.
¿Hay algo más glam rock que la libertad condicional?
Axl Rose y su estilo de resolver conflictos: mal
Esta manada de gansos y de rosas dominaron el rock de finales de los años 80, y continuaron su éxito en parte de los 90. La bandana de Axl Rose ceñía el mundo.
Sin embargo, en un concierto en 1991 cerca de St. Louis, Rose se encabronó al ver a un fan con una cámara que supuestamente los guardias ya le habían confiscado. En un pronto que le dio, Rose, personaje que tanto yo como Kurt Cobain* juzgamos gilipollas, saltó al público para arrebatarle la cámara al chaval. Aún furioso, él y el resto de la banda abandonaron el escenario en mitad de la pataleta, terminando el concierto abruptamente.
Esto, evidentemente, desató la ira de la multitud, que se encendió y comenzó a provocar disturbios.
3 mil fanáticos se involucraron en dichos disturbios que resultaron en daños materiales valorados en 200 mil dólares. 60 personas fueron heridas. El mayor perjudicado fue Axl, sin embargo, quien fue arrestado por incitar al desorden. Rose fue declarado culpable de agresión y daños a la propiedad, lo que le valió una condena de dos años de libertad condicional y una orden de donar 50 mil dólares a caridad. El Señor Cáritas todavía cuenta esta anécdota sobre aquella fabulosa donación, y lo bien que les vino, en las cenas de Navidad con mendigos del extrarradio.
Sin embargo, este no fue el último encuentro de Axl con la justicia. En 1998, fue arrestado en el Aeropuerto Sky Harbor de Phoenix tras presuntamente amenazar a un guardia de seguridad.
Según un oficial de la policía de Phoenix, Rose, mientras pasaba por el control de equipaje de Southwest Airlines, gritó al trabajador «¡Te voy a romper la cara aquí y ahora!» y también sacudió los puños. No me puedo imaginar este movimiento más que de forma ridícula.
Un publicista de su discográfica explicó que Rose estaba preocupado porque el guardia pudiera romper un objeto de vidrio frágil en su maleta. ¿Su dildo de pedrería? No sabemos. Rose fue acusado de conducta desordenada, pagó la fianza y fue liberado de la cárcel.
*No solo iba a ser la belleza y el rollazo lo que me uniera a mi Kurt.
Como unas maracas el Ozzy, colega
Ozzy Osbourne, una de las figuras más icónicas y polémicas del rock, se convirtió en una leyenda al popularizar el heavy metal en los años 70 como vocalista de Black Sabbath. Sin embargo, su trayectoria siempre ha estado marcada “por intensas luchas contra el abuso de sustancias”.
*Luchar, luchar…, no lo veo yo ser muy batallador contra ellas. Vamos, igual de agresivo y disconforme que mi perro cuando pasa sin permiso un desconocido a casa. Va corriendo a lamerle los putos tobillos.
En la década de 2000, después del Tamagochi, pero antes que el smartphone, el popular programa de telerrealidad «The Osbournes» mostró a Ozzy en un matrimonio aparentemente tranquilo y estable con su esposa Sharon.
Gran contraste teniendo en cuenta aquel oscuro episodio de 1989, ¿verdad, Ozzy? cuando intentaste asesinarla.
Según relató Sharon, Ozzy se le acercó una noche en un estado confuso y después de que ella acostara a sus hijos y…
«Simplemente no podía comunicarme con él. Y él solo dijo: ‘Hemos decidido que debes morir'».
Sharon asumió que él estaba bajo la influencia de drogas, Ozzy se abalanzó sobre ella y comenzó a estrangularla, tirándola al suelo.
Afortunadamente, Sharon tenía cerca un dispositivo de pánico que activó, llamando a la policía y poniendo fin al ataque.
Ozzy fue arrestado por intento de asesinato, un cargo que se desestimó tras ingresar a un programa de rehabilitación.
Boy George y sus lecciones de ciberseguridad
Aunque a mucho les de repelús, Boy George, fue un icono de la moda y la música a mediados de los años 80. El tipo iba por ahí con su sombrerito cantando canciones amargas sobre el amor y la pasión como líder de la banda británica Culture Club.
Es conocido por su estilo de ropa de género “neutro” y éxitos como “El Karmaleón”.
Pero vayamos a lo chungo: En abril de 2007, Boy George recogió al modelo Auden Carlson y lo llevó a su apartamento en Londres. Después de ver su sesión de porno habitual, Boy George salió a comprar cigarrillos y, al regresar, se enfureció al creer que Carlson había accedido a su computadora.
¿Qué creéis que pasó?
- A) Boy George se lo tomó a mal e hizo prometer a su compañero que no lo volvería a hacer.
- B) Boy George llamó a su teléfono privado al Karmaleón y vino a impartir justicia kármica.
- C) Boy George dijo, «Ahora obtendrás lo que mereces,» esposó a su compañero a la pared, lo sujetó con una cuerda y abusó de él. Carlson logró liberarse y trató de escapar, pero mientras huía, Boy George lo golpeó con un trozo de metal.
*Pista: El juez dictaminó que las acciones de Boy George fueron «deliberadas, crueles e insultantes» y dejaron a Carlson «conmocionado, insultado y traumatizado.» El cantante fue sentenciado a 15 meses de prisión por detención ilegal.
Phil Rudd quiere contratarte
AC/DC emergió en Australia en los años 70 y se convirtió en una sensación internacional, vendiendo más de 50 millones de álbumes. Vinieron a Sevilla a despedirse en directo este año, la misma semana que Taylor Swift, haciendo que la prensa y las redes se olvidaran de ellos. Te odio, eclipse Taylor Bitch, y a tu público que necesita pañales para ir a verte. No como los seguidores de AC/DC, que también, pero por la edad.
Pero hablemos de uno de los bateristas itinerantes de la banda: Phil Rudd. Rudd tocó la batería para AC/DC en los años 70 y principios de los 80, pero siempre fue un tipo que atraía problemas.
En noviembre de 2014, la policía allanó la casa de Rudd en Tauranga, Nueva Zelanda, y arrestó al músico por intentar ordenar los asesinatos de dos personas. El cargo fue retirado al día siguiente, pero Rudd tuvo que enfrentar otros cargos: posesión de marihuana y metanfetaminas.
Finalmente, el juez sentenció a Rudd a ocho meses de arresto domiciliario y supervisión las 24 horas del día, a cumplir en su hogar en Nueva Zelanda.