Alondra Bentley publicó el pasado viernes su nuevo disco, La Materia (Sonido Muchacho), que llegaba seis años después de su anterior trabajo. En él escuchamos a una Alondra que canta por primera vez en castellano y que ha experimentado varios cambios vitales en los últimos años, algo que se refleja en sus letras y melodías. Es un álbum brillante que nos hizo incluirla en nuestra lista de recomendaciones semanales de música de aquella semana de lanzamiento.
Aprovechando la ocasión, teníamos que hablar con ella sobre diversos temas. Aquí está la entrevista.
Entrevista a Alondra Bentley
¿Qué recuerdo tienes de tus primeros años en Inglaterra? ¿Qué olores o sensaciones te vienen a la cabeza?
Era bastante pequeña, vine a vivir a España con cinco años, recuerdo el edredón rosa de mi cama, mi escuela infantil, desde su patio se veía el castillo de Lancaster que entonces era una cárcel y me inquietaba bastante, recuerdo el día que robé una bolsa de patatas fritas “Hedgehogs” (con forma de erizo) de un kiosko, mi madre me hizo devolverla y disculparme, temí acabar presa en el castillo, recuerdo quemarme la mano con el cubo de cenizas de la profesora de arpa de mi madre, el jardín de mi casa, también que odiaba ir vestida (me quitaba la ropa por la calle, incluso en invierno) el sabor increíble de ratones de chocolate blanco, cacahuetes, palos de caramelo “rock” y el olor a incienso de mi casa.
¿Cuál es la influencia que ha tenido tu país natal en tu música? ¿Cuáles fueron los primeros discos que le “robaste” a tus padres y que escuchabas en casa?
Diría que mis influencias más importantes son británicas, The Pentangle, The Beatles, Bowie, Nick Drake, Kevin Ayers, The Smiths, Broadcast, Kate Bush, Vashti Bunyan, Pj Harvey… Los primeros discos que “robé» a mis padres fueron The Beatles, Donovan, Simon and Garfunkel, Sandy Denny, Buffy Saint Marie, Bob Dylan, etc.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías ser cantante? Entendemos que teniendo esa voz era lo suyo, pero… ¿es un deseo que tenías de serie?
No sé si recuerdo un momento concreto, cantaba desde muy pequeña y lo entendía como algo intrínseco en la vida, mi padre cantaba y tocaba la guitarra y un día decidí coger su Contreras y un libro de acordes y no sé ni cómo fui sacando canciones de Suede, Radiohead y Pj Harvey. Así aprendí.
¿Cómo sienta lanzar un disco totalmente en español? ¿Es un “renacimiento” o algo de lo que tenías ganas en el pasado y que sabías que acabaría ocurriendo?
Cantar en castellano me está encantando, me siento como si me comunicara por primera vez. Había escrito muchas cosas en castellano en el pasado pero siempre las descartaba, por algún motivo hasta ahora no me había terminado de fluir la forma de cantar y de escribir.
Han pasado 6 años desde tu anterior trabajo, una pandemia de por medio… ¿qué ha cambiado en ti respecto a la anterior Alondra y cómo se refleja en La Materia?
Han cambiado muchas cosas, la principal es que he sido madre. La pandemia y la maternidad coincidieron además con un momento vital en el que empezaba a plantearme muy seriamente qué cosas de mi vida había escogido siendo plenamente consciente de ello y cuales habían sido decisiones influenciadas por el entorno, el querer complacer, el miedo o la tendencia de la sociedad. De ahí que haya escrito canciones como La Corriente, Siendo Yo, Ya no quiero nada… el disco está lleno de conclusiones y dudas vitales.
Dices que “la vida y la muerte son los dos grandes temas del disco”, ¿cuál es el sentimiento más poderoso que te invita a escribir y componer?
Supongo que el hecho de “estar aquí” de forma temporal, pienso en la muerte constantemente y eso me hace tener una sensación de “estar pero no estar”, suelo tener un pie en la tierra y otro en Júpiter, como si tuviera una pantalla partida en la cabeza, en una mitad se está viendo un plano subjetivo y en la otra galaxias y materia interestelar.
También la maternidad y su pérdida han sido claves para la composición de este disco, ¿cómo se aprende a convivir con el duelo y cómo lo enfocas en la creación de tu música?
Mi madre era bastante mística, la cito textualmente en la canción Marchar, en la que canto una conversación que tuve con ella en la cocina de casa cuando sabía que iba a morir, me dijo exactamente lo que dice la letra de la canción, que intentara no pensar de forma tan occidental, que la muerte era algo natural y que hiciera lo que me gusta mientras estaba aquí. El duelo es algo muy doloroso pero lo que quiere cualquier ser querido para los que se quedan es que no sufran, es lo que hay que intentar hacer, recordarles con muchísimo amor y disfrutar teniéndoles presentes.
El disco contiene muchos momentos luminosos y una amplia gama de melodías e instrumentos. Me da la sensación de estar escuchando sonidos de la naturaleza en muchos momentos, como en “Se esconde el sol pero no se apaga”. ¿Es importante la naturaleza en tu vida diaria? ¿Cuáles son las canciones del disco que recomendarías a alguien que se adentrara en tu música por primera vez?
No tengo la vida que quiero para mi hija y para mí, vivimos completamente de espaldas a la naturaleza, con un ritmo frenético y con preocupaciones mundanas ocupando demasiado espacio y tiempo en la cabeza, aunque hago todo lo posible porque ella no lo perciba así, esta es otra de mis grandes preocupaciones y también está en el disco. Si alguien comenzara a escuchar mi música por primera vez tal vez recomendaría Marchar, Realismo mágico, La materia y Ya no quiero nada.
Has creado música tanto para adultos como para niños. ¿Sientes que tu proceso creativo varía entre estos dos públicos?
El proceso creativo apenas varía, tal vez temáticamente centre más la atención en la naturaleza cuando canto para ellos, plantas, animales, estaciones o el espacio exterior son temas infalibles.
Más allá de la música, ¿qué te gusta hacer? ¿Cómo día sería un día perfecto para ti?
Pintar, de hecho las once canciones del disco van acompañadas de once ilustraciones que he hecho, la letras tienen un carácter plástico que en esta ocasión me he atrevido a materializar, el título del disco lo pedía. Mi día perfecto implica pintar, componer, ver a alguien querido y como ya venía explicando poder olisquear algo de verde y tierra mojada a ser posible.
¿Con qué artista internacional o nacional te gustaría colaborar?
Con Ylia y con Isaki Lacuesta, de hecho tenemos un proyecto audiovisual juntos que se llama Walkign Disaster Area y que estrenamos en Zaragoza el día 14 de Diciembre en el Festival Mirada Tabú. Aquí conviven la electrónica, el folk, el cine y la abstracción.
¿Y con qué marca?
Con alguna marca de cacharros sonoros.
Por último, ¿qué opinas de la situación actual de la industria de la música y de la era tiktok?
Para bien y para mal la industria como tal me interesa poco, trato de hacer todo lo posible por centrarme en lo creativo por una cuestión de tiempo y energía, por esto entre otras cosas ahora hago lo mínimo en redes sociales, antes le echaba más horas y mi vida ha mejorado mucho desde que lo he limitado a lo estrictamente necesario.