woods

En ocasiones las altas expectativas hacen que la experiencia final sea decepcionante. Es una lección que te enseña la vida día tras día. Por eso, aunque confiaba que se cumplieran, no las tenía todas conmigo instantes antes del comienzo. Anoche, esas expectativas eran enormes cuando Woods se disponían a salir al escenario de la Sala El Sol de Madrid. Desde que anunciaron el concierto hace unos meses, cortesía de SON EG, la fecha del 13 de septiembre se había incrustado en mi cabeza de manera irremediable. Y gran parte de la culpa la tenía su portentoso último álbum, de título With Light And With Love y poseedor de un sonido único e irresistible.

El concierto coincidía con el DCODE, un rival muy fuerte a priori, y con el deber de curar la resaca del derby madrileño de fútbol. Y, no hay duda. Estoy seguro de que el 100% de los afortunados asistentes al concierto de los americanos no cambiarían lo que vieron y escucharon ayer por nada del mundo. Algo reservado para los que observan más allá de Vetusta Morla, Russian Red y compañía.

Las dudas sobre las «temidas» expectativas se disiparon en el primer minuto de juego, cuando los acordes de «Leave Like Glass» cortaban de raíz el murmullo preconcierto. A partir de ese momento, la hora siguiente pasará a ser historia de la Sala El Sol. El público quedaba a merced de cuatro músicos de Brooklyn y de su folk psicodélico. Eran las 22:45 y la sala, que lucía el cartel de «todo vendido» a la entrada , presentaba aspecto de noche grande, aspecto de superar a cualquier concierto vivido anteriormente bajo su mítico aliento. En las primeras filas era casi imposible encontrar un hueco y el público, heterogéneo y respetuoso, contemplaba un espectáculo capaz de hacer olvidar cualquier problema durante un pedacito de septiembre.

Fue un trance continuado en el tiempo, un viaje descomunal. Más animado de lo esperado y provocador de numerosos movimientos alante/atrás de cabeza. Una estampa que deberéis imaginaros cerrando fuerte los ojos ya que, finalmente, no pudimos rescatar documentos fotográficos de la actuación.

No había apenas palabras entre tema y tema, y tampoco eran necesarias. Con mantenerse abstraído escuchando la música teníamos suficiente. Se echó de menos el teclado pero las guitarras, bajo y batería fueron más allá de lo esperado.»Bend Beyond» se alargó hasta los 10 minutos, precedida y finalizada por sendas jam sessions. Improvisaciones en las que Jeremy Earl y Jarvis Taveniere se exhibían y alardeaban de un manejo envidiable de la guitarra. «Size Meets The Sound» se convertía en el tema dominante de la sección eléctrica con sus potentes riffs y «It Ain’t Easy» sacaba a relucir la guitarra acústica y los preciosos e inolvidables ojos brillantes de alguna fémina de la sala. Alguno de los temas más celebrados fueron «Cali In A Cup«, artífice de nuevos seguidores de la banda o «Moving To The Left«, corte clave de su último disco y en el que Chuck, nuevo bajista de la banda, se despachó a gusto. Los primeros segundos de «Shepherd» consiguieron levantar de su ensoñamiento a más de uno y, tras él, la recta final se percibía cercana.

Pero si hubo una canción que merece mención aparte esa es «With Light And With Love«, un éxtasis de más de 10 minutos. Un clásico instantáneo y merecedor de la gloria eterna. La instrumentación perfecta y el in crescendo insuperable. Sometida a violentos solos de guitarra que se intercalaban entre verso y verso y que invitaban al público a soltar desaforados aplausos cuando llegaban a su fin. Una oportunidad para dejarse llevar, física y mentalmente, y para sentirse capaz de conseguir cualquier cosa.

Hasta aquí llegó el concierto, con un aclamado bis (pudo haber hasta un segundo si hubiera sido por los vítores), con las sonrisas dibujadas en las caras del público y con el sentimiento unitario de haber vivido algo para contar. Y volvemos al principio para confirmarlo: las expectativas, a veces, se superan. La Sala El Sol ya tiene en su nómina otra noche única.

Un recuerdo que me perseguirá durante el resto de mis días. Desde ayer soy fiel practicante del woodhismo.

By @RayVegas