El BIME (Bizkaia International Music Experience) terminó el pasado sábado con un éxito rotundo. Música, conferencias, showcases, workshops, networking, congresos e incluso gastronomía tuvieron cita del 19 al 23 de noviembre en Bilbao.
A nosotros nos interesaba sobretodo la música pero con tanta cantidad de conciertos era imposible cubrirlos todos así que lo que decidimos fue enviar a nuestra colaboradora, Cris Irisarri, a que nos mostrará sus sensaciones a lo largo de algunos de los mejores conciertos de la semana. Este es el resultado:
El martes, 19 de noviembre, comenzó el BIME con el extenso programa del BIMEPro en su sección de “Showcases”, nueve directos diarios repartidos en tres salas (Azkena, Antzokia y Bilborock) situadas en el centro de Bilbao, de martes a jueves. Un número bastante elevado e imposible de cubrir físicamente pero ya sabemos que esto sucede en prácticamente todos los festivales del mundo. De los conciertos que tuve oportunidad de presenciar he podido destacar unos cuantos, alguno mejor que otro.
Comencé mi particular semana musiquera en el Bilborock, donde tuve la oportunidad de escuchar a Grey Filastine junto con la rapera indonesa Nova y la tercera integrante, Amelie, al violonchelo. También tuve la oportunidad de hacerme con dos billetes de £00T, «…diseñada como una moneda para las repúblicas piratas del futuro próximo, una red de barrios libres y ciudades flotantes».
«£00T» también es el nombre del álbum editado en 2012 , protagonista del set list en esta ocasión. Su mestiza y particular electrónica nos abre un abanico multicultural, un collage de ritmos y sonidos que van desde la batucada al dubstep más experimental, acompañados de unos audiovisuales espectaculares. Con su distintivo “carro de la compra”, soporte y caja de ritmos, su mesa de operaciones, los timbales, cajas, el violonchelo, la voz de Nova, lograron hacer un concierto que cumplió de sobra mis expectativas, además dada la situación en la que se encontraron la sala, veinte personas a lo máximo formábamos el total del aforo, doble mérito.
Ese mismo día, poco antes, los encargados del escenario fueron Seward, una banda afincada en Barcelona. Su música a camino entre el jazz y el rock experimental y junto a la delirante voz del vocalista, Adriano Galante, nos ofreció un buen repertorio de guitarras, banjo, bajos, cambios de sentido que van conformando los temas como si de un ejercicio de construcción y deconstrucción alterna se tratara. Para oídos flexibles y abiertos a nuevas experiencias.
El miércoles 20 le tocó el turno a The Excitements (que estarán pronto en Madrid) en el teatro Antzokia de Bilbao. Recomendados por una amiga que acude a verlos siempre que tiene ocasión, fueron una grata sorpresa. Una banda de Rhythm ‘n ‘ Blues de las auténticas que con solo las primeras notas nos hizo teletransportarnos a un club de los 60. Desde Barcelona, seis músicos con mayúsculas nos transportan a los sonidos del soul de la vieja escuela. Con una front woman, Koko-Jean Davis, impresionante, capaz de hacer bailar a cualquiera sobre la tumba. Con una poderosa voz negra y su natural simpatía nos hizo mover las caderas a ritmo de su tren. La «Tina Turner de 1966», como la han llamado en más de una ocasión.
Una banda con una creciente proyección internacional, con una calidad incuestionable.
A continuación saltaron al escenario, tras media hora de retraso los emergentes The Asteroids Galaxy Tour. La banda danesa creada en 2008, nos ofrecieron un pop vitalista, con toques de soul y psicodélica, que a mi parecer no acabaron de atrapar al público, mayoritariamente masculino en sus últimos minutos de actuación. No alcanzaron el nivel suficiente para emocionarme, la voz apenas se distinguía, ahogada entre tal vez un excesivo volumen del resto de los instrumentos que crearon un conglomerado de sonidos variados, con teclado futurista, vientos del soul y guitarras persistentes. No faltaron sus hits «The Golden Age» y «Heart Attack» que animaron el concierto.
Los días grandes del festival eran sun duda el viernes 22 y el sábado 23, cuando la música del BIME se trasladó al BEC (Bilbao Exhibition Centre), sede de la Feria de Muestras de Bilbao. Dos enormes pabellones albergaron cuatro escenarios donde ininterrumpidamente se sucedieron durante los dos días unas cincuenta bandas.
Passenger fue uno de los primeros en pisar el escenario y demostrar que su directo supera a su grabación. Sus temas tan asequibles convencieron a más de uno y la comunicación con el público fue uno de los puntos fuertes del show. No decepcionó, aunque se le notaron cosas por pulir.
El siguiente artista en pisar el escenario principal fue John Grant, tocando canciones pertenecientes a sus 2 álbumes de estudio y que consiguió emocionar con su cuidado directo, liderado por un sensacional piano. Hubo 3 partes marcadas durante el concierto. La 1º y la 3º se pudo asistir a la parte emotiva y más relajada del artista mientras que a mitad de la actuación los ritmos más rápidos asomaron llevando al público a un movimiento acompasado y genial. Muy grande.
El turno de los cabezas de cartel del día, Manic Street Preachers, había llegado y su pacto con el diablo parece cada día más evidente. Parece que los años no pasan en ellos. Ofrecieron un potente directo dejando de lado sus últimos álbumes más armoniosos y remontándose al sonido ruidoso que les hizo famosos hace casi dos décadas. Unos clásicos.
Yuck era el preludio de la fiesta que llegaría pasada la medianoche. Con dos discos en el mercado, la banda londinenese de indy pop con reminiscencias ochenteras en la línea de Joy Division nos ofrecieron una buena sesión de guitarras desgarradas, con algunos momentos de sonido estratosférico y una muy buena realización. Tal vez no fueran demasiado originales en su planteamiento pero el resultado fue satisfactorio.
Naïve New Beaters fueron una de la revelaciones del festival. Tres parisinos que nos hicieron disfrutar de su pop-rock-rap lisérgico, locos y divertidos, con unos ritmos resultones y pegadizos con cierto toque surfero. Se metieron al público en el bolsillo. Palmeras en el escenario, la apariencia del cantante y sus comentarios en un castellano bastante bueno, ayudaron a crear un ambiente distendido que nos hizo bailar, sonreir e incluso hacer la ola. Para mí los más destacables de la jornada.
Una de las ventajas de que dos escenarios, donde se alternan inmediatamente las bandas sin tiempo de espera, estén pegados, es que aunque no esté en tus planes te encuentras repentinamente con un grupo sonando que puede alegrarte la tarde-noche en un momentito. Así me topé con Anai-Arrebak, esta banda de Durango. Post punk retrofuturista cósmico soul globo, por decir algo. Una auténtica ensalada picante de de estilos, ritmos..con un marcado acento punk. Otro grato descubrimiento para mentes grillosónicas.
Otro gran momento de la noche fue el de Rinoçerose. La esperada banda francesa nos ofreció sus clásicos, indiscutibles de la pista, que fueron alternando con temas más guitarreros, incluyendo una versión de un famoso himno de rock duro. El que no moviera ni los pies ni la cadera es de otro mundo. Mantuvieron el nivel esperado, con la percusión característica y sus ritmos irresistibles, aunque se echa en falta nuevos temas que estén a la altura de los tan famosamente conocidos.
El sábado 23 comencé la sesión con unos de mis favoritos del día, los británicos These New Puritans.
Para el que no los conozca o no haya seguido su trayectoria puede resultar un directo de los difíciles. El carácter particular de esta banda crea tantos adictos como espantados. Yo disfruté desde el primer al último tema de los hermanos Barnett y del sonido característico que nos ofrecen. El directo se compuso en su mayoría de temas de su último álbum aunque hubo lugar también para otros ya consagrados como «Attack Music» o «We want war». Se echó en falta una mayor audición de la voz de su líder, que en ocasiones se perdía entre los vientos, teclados, bajos y resto de instrumentos. Pese a ello la realización no dejó ninguna duda de que estamos frente a una gran y especial banda que sobrevive a los hits de su comienzos.
Dos de los platos fuertes del día eran sin duda The Courteeners, que estuvieron más homogéneos y con unas guitarras tremendas, y Mark Lanegan que repasó toda su discografía y tiró de varias versiones aparecidas en su último álbum. Cada vez quedaba menos para el final del festival.
Turno más tarde de Belako, banda local. Post punk rabioso, que recuerda irremediable al noise de Sonic Youth, con una fuerza en directo incuestionable, resultado de la frescura y juventud de sus componentes. Dos chicas muy guerreras y dos chicos que las siguen hasta las mismísimas puertas del infierno. Una grata sorpresa, ya que pese ser vecinos no había tenido la oportunidad de escucharlos hasta ahora.
Los estadounidenses Gossip, aclamado cabeza de cartel, cumplieron todas las expectativas siendo el concierto con más asistencia del fin de semana. Llegaban al festival con ganas de hacerse notar y lo consiguieron. La voz de su famosa diva, Beth Ditto, no deja a nadie impasible, arrasadora y potente voz que junto al resto de sus componentes, sus guitarras funkyloides, pegadizos ritmos y temas como Standing in the Way of Control o Heavy Cross convirtieron el pabellón número uno en una entregada y pletórica pista de baile.
El Instituto Mexicano del Sonido fue otra banda marcada en mi programa que no defraudó en absoluto. Tres integrantes para una fiesta servida a base de ritmos calientes, una electrónica bastarda de acento latino, con un pinche líder que lleva el show en las venas. Divertidos, nos hicieron bailar con su electro pop fresco, sus cumbias vanguardistas y su ola mex dance. Muy recomendables.
Acabamos la noche con el británico y harto conocido Matthew Herbert. Ya a altas horas de la madrugada, nos ofreció un directo bastante ecléctico que abarcó desde el dance club de su característica electrónica minimalista hasta los oníricos y relajantes temas que también forman parte de su discografía. Un buen broche para finalizar el festival.
Y hasta aquí llegó la gran fiesta del BIME en su primera edición. Agotados pero encantados.
Algunos conciertos muy interesantes quedaron en el tintero, Jack Knife, Mercury Rev, Juana Molina, The Wedding Present, Sondre Lerche, Grises, Jay Jay Johanson… pero ya avisábamos; cubrirlos todos era inalcanzable.
Aún así la experiencia BIME pudimos vivirla al 100% y comprobar que el festival, siendo esta su 1º edición, tiene un futuro más que prometedor. Si la organización sigue por este camino nos encontramos sin duda ante el festival referencia del otoño nacional.
Crónica by @iris_arri.
Hay para todos los públicos, yo diría que es el festival más completo de este invierno peninsular. Buen trabajo, «agotados pero encantados». ¡El año que viene no me lo pierdo!.