Si hablamos del rap español, es indiscutible hablar de rap político. Y si hablamos de rap político, no podemos no pensar en Los Chikos del Maíz. Los valencianos causaron furor ya desde sus inicios, no solo por unas letras comprometidas, sino sarcásticas y llenas de ingeniosos juegos de palabras que dejan con la boca abierta a cualquiera, incluso aunque no sea un gran aficionado del hip-hop nacional. Si a esto le añades unas bases rítmicas más bien melódicas, das con la fórmula perfecta para que lo que suele ser un vómito de palabras que se suceden a través de rimas sean tomadas como temas de una gran fluidez pese a un mensaje contundente, reflexivo y duro.
No obstante, hace apenas unos meses comunicaron su separación, el fin de una etapa. Una decena de conciertos será lo poco que quedará de ellos próximamente, dejándonos con ganas de más. Y es que el pasado mayo publicaron su última maqueta, Trap Mirror, con las mismas señas de su identidad mejoradas: compromiso social a través de remixes y remasterizaciones que no dejan indiferente a nadie, no solo por saberlas encajar sino por dar lugar a canciones de rap caracterizadas y diferenciadas las unas de las otras.
Este sábado, 2 de julio, tenemos la oportunidad de disfrutar de uno de sus últimos directos, en el festival Cultura Inquieta que se celebra de modo anual en el Polideportivo de San Isidro de Getafe. El día que protagonizan lleva el nombre de Festival Carpe Diem, en un cartel que el grupo comparte junto a Natos y Waor, Suite Soprano, Arce, Foyone, Dellafuente&Maka y Avax y Prok. Una noche que promete para los eventos del hip-hop de este país, ya no sólo por su carácter alternativo, alejado de su vertiente más comercial, sino también para empezar a despedirnos de un grupo referente del que ya se percibe su huella.
