Si hay algo que caracteriza el Festival Cruïlla Barcelona es la diversidad: un público difícil de definir – a diferencia del Primavera Sound o del Sónar – y un cartel abierto a una pluralidad enorme de estilos musicales. El festival nació con el objetivo de evitar etiquetas y consigue consolidarse como uno de las citas musicales veraniegas de la ciudad condal.
El recinto del festival fue una versión reducida del Primavera Sound. Aunque ambos festivales no pueden compararse, lo que si podemos confirmar es que el Cruïlla no supo posicionar bien los escenarios dentro del Parc del Fórum: había solapamientos de sonidos si te apartabas un poco del escenario y las largas colas para conseguir unos simples nachos terminaron con la paciencia de los asistentes. Pero la duración de los conciertos – de hora y media cada uno – y la resplandeciente luna llena que nos acompañó durante las tres jornadas permitieron que las estrellas brillaran encima del escenario.
Cerca de las 7 de la tarde y desafiando las altas temperaturas (por suerte la brisa marina dejaba algo para respirar), el escenario Deezer iba recibiendo a un público impaciente para ver al dúo australiano formado por los hermanos Stone. Entre aplausos y gritos de recibimiento, Angus & Julia Stone saltaron al escenario: ella vestida como una colegiala y él escondido tras una gorra, una peluda barba y unas gafas de sol. Llegaron con ganas de conectar con el público y, aunque cada uno de ellos tiene discos en solitario, la complicidad de los hermanos se hace palpable cuando sueltan “The Beast”, “For You”, su mejor hit “Big Jet Plane” o con su nuevo tema “All The Things”. Nos recuerdan a Adam Green & Binki Shapiro en el escenario Heineken en el Primavera Sound del año pasado. Y es que cuando uno disfruta encima del escenario lo transmite a los espectadores: química, talento y buen rollo al tocar “Private Lawns”. Público hipnotizado y entremedio nos sorprenden con versiones de “You’re The One That I Want”, la canción central de la mítica película ochentera Grease y con “Bloodbuzz Ohio” The National o “Girls Just Want To Have Fun” de Cindy Lauper.
Con las gafas de sol aún puestas y otra dosis de cerveza, nos dirigimos al escenario Estrella Damm para ver al verdadero cabeza de cartel: Damon Albarn. Apenas ha pasado un año desde que Blur triunfó encima del escenario Heineken del Primavera Sound, pero en esta ocasión Damon vuelve a Barcelona engalanado en un rol totalmente distinto: deja atrás su lado más gamberro y nos cautiva con una actitud más cercana presentando su primer disco en solitario “Everyday Robots”.
Para la ocasión viste fiel a su estilo cuidadosamente descuidado: unos simples vaqueros, una vieja camiseta agujereada y una chupa que no se sacó en ningún momento. “Lonely Press Play” y el single “Everyday Robots” son los encargados de dar balazo a lo que iba ser una hora y media de orgía musical. Rescató “Clint Eastwood” de Gorillaz interpretándola al más puro estilo de Liam Gallagher. Intercala temas de su último disco “Hostiles”, “The Selfish Giant” o “You & Me” junto con temas de The Good, The Bad and The Queen – “Kingdom Of Doom” y “Three Changes” – y con tres temas un poco más apaciguados de Blur: “Out Of Time”, “Strange News From Another Star y “All Your Life”. Interpreta a la perfección “Hollow Ponds” sentado enfrente del piano, se dirige a la luna con “Photographs”, nos dedica una divertida coreografía en “Mr. Tembo” y consigue emocionar al público con “Heavy Seas of Love” despidiéndose de la ciudad condal y sin decepcionar a los asistentes.
Bajamos de nuevo al escenario Deezer. En esta ocasión cambiamos el sol por una brillante luna llena. El público parecía afectarle, pues esperaba ansioso a Band Of Horses. Melódicos y pomposos, empezaron con problemas de sonido (parece ser que los conciertos de los de Seattle en nuestra ciudad están gafados) pero pronto todo volvió a su cauce. Con cuatro discos bajo el brazo, seleccionaron cuidadosamente las joyas de su repertorio para mostrar sus habilidades instrumentales. Desde que salieron a escena consiguieron que el público les acompañara en casi todos los estribillos. Nos seducen con “Factory”, “St. Augustine”, “Weed Party” o “The Great Salt Lake”. Ben consigue agitar al público barcelonés y se gana su simpatía dedicándoles “No One Is Gonna Love You”, se gana su complicidad fumándose un cigarrillo en “The Other Way”, les guiña con un brindis en “Laredo” y arranca carcajadas traduciendo el estribillo de “Is There a Ghost en mi casa”. Y no fue hasta el final que soltaron su archiconocido tema “The Funeral”, despidiéndose de Barcelona dedicando unas palabras a los asistentes “este ha sido uno de los mejores conciertos que hemos hecho nunca” quién respondió con aplausos, silbidos, gritos y algún que otro “guapoos”.
Sin tiempo de cenar ni de descansar, Vetusta Morla nos esperaban en el escenario Estrella Damm. El sexteto proveniente de la capital venía a presentar su último disco “La Deriva”. Empezaron el directo con un escenario medio oscuro vestido de color rojo. Ante tal decorado se entreveía que iban a empezar con “Fuego”. Le siguió “Golpe Maestro” y “Un Mosquito en la Pared” dónde Pucho pudo interpretar a la perfección su papel de líder de la banda. Exhibieron temas tan clásicos como “Sálvese quien pueda”, “Lo que te hace grande” y versionaron y alargaron canciones como “Mapas” dónde Pucho tomó un papel secundario y el juego de percusión fue el verdadero protagonista. La escenografía, las luces y los audiovisuales ayudaron a interpretar los temas más reivindicativos de la banda:“Golpe Maestro” o la bailada “Fiesta Mayor”. Antes de despedirse de Barcelona agradecieron a la masa lo bien que se portan siempre con ellos. Y aunque venían de resaca del BBK, remataron el directo manteniendo el mismo nivel que el principio con “El Hombre del Saco” y “Los Días Raros”.
Crónica by @nuprats