Por Ray Vegas. Foto de Andrés Iglesias.
Y ahí entra Justin Vernon, acompañado de su banda, precedido por la experimentación de Cram, en un WiZink Center que se ha llenado en un abrir y cerrar de ojos. Seis cubículos iluminados por una luz que cambia en cada canción serán el espacio de Bon Iver durante las próximas dos horas. Destellos de electrónica desde el primer acorde, autotune infinito y un sentimiento ceremonial unificador, casi celestial, serán los ingredientes de la velada. En algunos momentos Vernon coge su guitarra acústica y vuelve a sus orígenes. Es ahí cuando la mayor parte del público recuerda, móvil en mano, lo que algún día resonó en sus cabezas.
En conjunto, varias voces se entrelazan en una armonía perfecta. En solitario, con bucles de voz, el estadounidense ofrece una de las canciones más imponentes, “Woods”, demostrando que la tecnología bien usada es la mejor compañera de los músicos.
El concierto transcurre con un Vernon cercano pero no muy amplio en palabras, excepto cuando alguien del público exalta un sonoro “you sexy motherfucker”, a lo que el estadounidense responde “I think everyone in this room is so sexy”. El espectáculo de luces es constante y un público tan educado como los músicos del escenario atiende a las brillantes canciones. El bis fue obligado, con dos canciones mágicas: “re:Stacks” y “RABi”. El setlist estuvo lleno de hits, algo a lo que no acostumbra el cantante y que fue de agradecer por el público.
¿Recordáis que nuestra sección de “Reacciones” sólo se da cuando el concierto ha sido objetivamente memorable? Pues este es uno de los casos, vamos con algunas de ellas.
(Wake And Listen no se hace responsable de las fascinantes opiniones expresadas en este artículo. Algunos de los nombres se han cambiado para proteger la identidad de los colaboradores).
Reacciones tras el concierto de Bon Iver en el WiZink Center
“No sé, man. Mi impresión ayer fue como ir a misa, pero en divertido. Me flipa este notas. Le he visto tres veces y no sé si me gusta más la pose de leñador hipster desengañado o la de cantante de góspel pasado por cuatro autotunes”.
Jorge Pardo
“Bon Iver es una apuesta segura, con un sonido impecable y una percusión arrolladora que te sumerge en sus atmósferas y te llena de amor, gracias a una cuidadísima puesta en escena y una banda perfectamente engrasada”.
Nico Kulturtado
“Nunca tres años esperando un concierto merecieron tanto la pena”.
Dani Pacheco
“Su directo es alucinante. Saben transmitir su pasión por la música y hacer que no quieras salir del ambiente en el que entras cuando empiezan a cantar”.
Tesa Guilleuma
“Como una sopa caliente de tu abuela una tarde de invierno”.
Juan Girón
“Terapia musical que toca la fibra”.
Bea Lazcoz
“Música que hace vibrar el corazón”.
Manu López
“Para mí el mejor setlist que he visto de él, un buen repaso por todos sus álbumes y hits. Y mucho <3”.
Guillermo Jurado
“Buena mierda”.
F. Guilleuma
“Fue increíble”.
Marga
“Se pronuncia Iver, no Aiber”.
Personal de seguridad del recinto