Crónica y fotografías por Marcos Iñigo (Space Teller)
Dani Martín no envejece. Comprobado. Este fin de semana él y su banda han hecho doblete llenando el WiZink Center en una serie de cinco conciertos en “la ciudad más bonita del mundo” que suponen el pistoletazo de salida a su Gira Qué Caro Es El Tiempo. Una gira patrocinada por Johnnie Walker que recorrerá gran parte de la geografía española hasta finales de 2022.
Igual que no envejece Dani Martín, tampoco envejecen sus canciones, y no da la sensación de que vayan a envejecer jamás. 20 años de carrera sumando éxitos; generaciones marcadas con himnos que simplemente no pasan de moda. Qué mérito, qué talento, qué canalla.
Aun así, la verdadera magia de lo que sucede alrededor de Dani Martín como concepto es que ni siquiera su público envejece. Entre los 15.000 fans -imposible no serlo- que abarrotaron emocionados el WiZink, había gente de todas las edades. Una señora de 50 años que se enamoró de “Volverá” cuando acompañó a su hijo hace 20 años a un concierto de El Canto del Loco, un treintañero que de adolescente mandó por Messenger “Ya nada volverá a ser como antes” a la chica que le dejó por un amigo y luego le pidió volver, y una pareja de chavales jóvenes que llegaron a Dani Martín gracias a Camilo con “Avioncito de papel” y terminaron quedándose. Yo estoy dentro de uno de esos espectros; no diré cuál.
Fue una noche mágica de revisión de clásicos generacionales y de himnos futuros que a día de hoy todavía son canciones, de reencuentros público-artista-Madrid en todas sus combinaciones posibles, de sonrisas que se veían a pesar de estar tapadas por las mascarillas.
Qué caro es el tiempo, pero qué jóvenes somos. Gracias Dani, contigo es imposible envejecer. Te queremos tal como eres.