Entrevista por Ray Vegas / Fotografías de Laura Leal
Chlöe’s Clue es valenciana, aunque su base de operaciones se sitúa en Madrid. A pesar de su juventud ya cuenta con tres discos en su haber, el último de ellos, Carmín y Rubor (2020), lo publicó hace unos meses, en el annus horribilis para la música en directo y el mundo en general. Las circunstancias no supusieron finalmente un obstáculo y el trabajo, además de cosechar buenas palabras por parte de fans y crítica, obtuvo un buen alcance en las plataformas de streaming.
Hablamos con ella sobre la situación actual de la industria, su cambio al castellano y muchos más temas.
Entrevista a Chlöe’s Clue
Antes de todo, ¿qué tal estás? ¿Cómo ha ido 2020 y cómo te ha afectado la situación que ya todos sabemos?
2020 ha sido, dentro de la tragedia, un año de aprender y escuchar al cuerpo, a la Tierra, a los demás. Ha sido un año de silencio que, sin duda, se convertirá en nuevos ritmos dentro de poco.
Yo lo he llevado con el mismo mi querido caos, soy una persona muy inquieta y necesito estar haciendo cosas continuamente así que me llené la agenda de cosas por hacer y no paré, una de las cosas que hice fue escuchar a mis adentros y pararme a pensar (parece que esto es algo vago, algo sin más, pero es un hacer vital y necesario).
Publicaste tu nuevo disco, Carmín y Rubor, el pasado verano. ¿Cómo fue la experiencia de lanzarlo en estas nuevas circunstancias?
El disco estaba planteado para que saliese a mediado de 2020 y, tachán, nos encontramos con este delirio mundial. Retrasamos un pelín el lanzamiento y aprovechamos para seguir lanzando singles en las plataformas digitales.
Haciendo lectura positiva, fue una buena época para llegar a nuevo público, todos estábamos muy receptivos en redes y todos necesitábamos arte para degustar encerrados en nuestras casas. Por esa parte, creo que los lanzamientos tuvieron una mejor acogida que en circunstancias normales.
¿Cómo ha sido el proceso de cambiar al castellano y adentrarte en estos nuevos géneros como el bolero, la bossa nova o el tango?
Natural, sano y delicioso. Como dice una de mis canciones favoritas, “cómo puede ser que lo mejor de miedo”. Y es que siempre he dicho que para mi el inglés era como un velo, como una cortina de terciopelo que me hacía sentir más segura, que estéticamente favorecía a mis ritmos y que los vestía de seguridad porque me ayudaban a esconderme de alguna forma, arropaban mi timidez.
Siempre dije que las únicas dos canciones que tenía en español (“Quémame” y “Que Te Vaya Bonito”) eran las más sinceras y viscerales, las que salían casi vomitadas y el cerebro no las pasaba por la fase traducción. Conforme voy creciendo me doy cuenta de que la vida no está para esconderse, sino para ser sincero y claro con uno mismo así que me pasé a contar las cosas en el idioma en el que nacen en mi cabeza”
Respecto a la evolución en el estilo, creo que lo piden de forma insensata y casi inconsciente mis ritmos internos, mi momento vital, las historias que cuento. El tiempo pasa, pasan cosas y en este momento mi cuerpo me pedía un tono más bailable, más cercano a los ritmos latinos. Últimamente el 90% de música que escucho es bolero, bossa-nova… Todo esto al final se refleja en el sonido.
Hay muchos casos de artistas que han comenzado cantando en inglés y han terminado haciéndolo en castellano. ¿Lo ves como un proceso natural?
En mi caso sí, cada uno tiene su proceso y su evolución. Como comentaba antes, el inglés era para mi un escudo, un velo, y conforme crecí mi cuerpo me pedía ser más transparente y más sincera y, una forma de acercarme a estos propósitos era desnudándome a través del idioma.
¿Notas que ahora se valora más que antes el hacer música en el idioma natal del artista?
No creo que se valore más o menos, simplemente creo que ahora es la tendencia, pero -con pena digo- que no creo que por el momento esta tendencia sea algo más que pura moda, no es algo de raíz, ni significado todavía.
¿Cómo se presenta 2021? ¿Podrás presentar el disco en directo?
¡Sí! Ya lo presentamos en Madrid y Valencia durante 2020 y 2021 se presenta con nuevas fechas para saborear los ritmos sabrosos de Carmín y Rubor. De momento, la primera fecha que se viene es el 21 de marzo en los conciertos de la Pérgola de Valencia.
¿Cómo te ha afectado el descenso del número de conciertos? ¿Los artistas han podido vivir de su música en 2020?
En mi caso, imposible vivir de la música. Tuve dos conciertos presenciales y 3 virtuales, cifras ridículas como para sostenerse.
Por cierto, te lo habrán preguntado mil veces, ¿pero de dónde sale tu nombre artístico?
El nombre es resultado de decir palabras sin sentido. Siempre he querido inventarme una historia para él pero al final la historia ha sido que no tiene historia.
De todas tus canciones, ¿cuál es tu favorita? ¿Y con quién te gustaría colaborar?
“Carmín y Rubor”, salió de una, me recompuso, me reconfortó, siento que tiene una fuerza brutal.
Mi próxima colaboración me chiflaría que fuese con Adam Green, cantando en español con su acento americano y diciendo sinsentidos con sus bailes delirantes.
Por último, ¿qué medidas de apoyo a la cultura le pedirías a las autoridades?
Es totalmente factible hacer conciertos en los que se cumplan las medidas sanitarias, los conciertos son eventos totalmente seguros y por ello deberían no solo facilitar espacios sino aplicar una ley CON SENTIDO.